Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


jueves, 18 de marzo de 2010

Comprando termómetro moderno

Hace varios años en Suecia se prohibieron los termómetros con mercurio. Había que llevar esos termómetros a la farmacia y pasaban a ser parte del pago de uno nuevo y moderno. Yo ni loca me desprendo de mis antiguedades! Por tanto en casa, conciente de que estaba cometiendo un delito, todavía tenía un termómetro con mercurio. Lo cuidaba como la pieza valiosa que era.

Hasta que se cayó del estante en que estaba y se rompió. Tuve que
comprarme uno nuevo. Ayer tuve que dedicarme a poner en funcionamiento un termómetro. No quiero ser retrógrada y vivir diciendo que antes todo era mejor. Quizás no fuera mejor, pero era más sencillo. Un termómetro era un termómetro y la
única función que tenía era tomar la fiebre.

Ni que hablar que el termómetro que compré además de la medir fiebre, yo supongo que podrá tomarla, también muestra la temperatura ambiente y da la hora, como si ya no tuviera una cantidad de relojes desparramados por toda la casa. Creo que no tengo ningún aparatejo que no dé la hora. Y yo,jubilada, que ni siquiera tengo horarios.

Si simplemente tuviera otras funciones, es decir si las funciones estuvieran ahí, sin que yo tuviera que hacer nada, no me preocuparía tanto, me limitaría a ignorarlas. Pero no es así. Para poder usar mi termómetro primero tengo que leer un librito de instrucciones.

Hoy todo viene con relojes y libritos de instrucciones. Y ya cuando veo que algo viene con librito de instrucciones yo tiemblo, es una clara señal de lo complicado que puede ser ese aparatito.

Y el termómetro no fue ninguna excepción que confirmara la regla. No sé cuanto rato me llevó abrirlo, que era el primer paso a dar según las instrucciones. Yo tengo paciencia, pero les cuento que llegué a guardar el termómetro en la caja en que venía, con la seria intención de ir a devolverlo.

Más tarde volví a sacarlo de la caja y seguí tratando de abrirlo. Luego de varios, varios intentos fallidos, finalmente conseguí abrirlo y, aleluya, ponerlo en hora, y, creo, también en funcionamiento. Por las dudas ya estoy prendiendo velas, y si alguien sabe de algún rito más que pueda ser útil para evitar la fiebre le estaré muy
agradecida.

3 comentarios:

  1. THEMIS¡¡¡ OLVIDASTE SACARLE UNA FOTO¡¡¡¡ PARA VER LA NUEVA ADQUISICIÓN, Y CUANTO TARDEA EN DECIRTE LA TEMPERATURA QUE TIENE TU CUERPO¿ ABRAZOS tERE

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  2. Cierto, yo tambien quiero ver el "aparatejo" que te compraste!!! Me causa gracia cuando contás tus anécdotas con la nueva tecnología. Encima ....¡te pasa de todo!!!!!
    Esta anécdota del termómetro me recordó a mi suegra, que este verano se compró un abrelatas y tuvo que esperar que su nieto de 7 años la visite "porque seguro que él sabía enseguida cómo usarlo" (tradúzcase: compró el abrelatas y estuvo un mes sin poder abrir alguna, hasta que fue su nieto. OBVIOOOO!!!!!)

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  3. Cuesta acostumbrarse a los cambios, sobre todo cuando implican tanto esfuerzo! Besos tía Elsa.

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