Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


viernes, 26 de junio de 2009

Haciendo las compras

Ayer fui al supermercado, había mucha gente y colas en todas las cajas. Yo compré solamente dos cosas pero la caja para pocas cosas estaba cerrada, me paré en una donde había mucha gente, como que la había en todas las cajas.

Atrás mío se paró una señora de edad que venía con uno de esos carritos andadores, en realidad se sentó atrás mío porque apenas llegó a la cola se sentó. Me dió un no sé qué verla haciendo cola y pensé que debería cederle mi lugar.

Antes de decirle nada ya la dulce ancianita se paró y me empujó con su carrito andador (o como sea que se llame eso). Pensé que había sido sin querer y la disculpé aunque no me lo pidió.

Al ratito, casi enseguida, sentí como chocaba con mi canasto. Nuevamente sin que me lo pidiera la disculpé en mi pensamiento. No pasaron muchos segundos y me chocó de nuevo. Menos de un par de minutos después la tenía parada a mi lado.

Así avanzamos un poco más en la cola, la viejita ya no estaba detrás mío sino a mi lado. Luego avanzó la cola un poco más, yo dí un par de pasos adelante, y la viejita dió como tres o cuatro, quedando de esa manera adelante mío!

Con una sonrisa en mis labios y voz muy amable le dije que podía pasar antes que yo. Para que luchar contra los hechos ya consumados? Además yo ya había pensado dejarle mi lugar, quizás me había leído el pensamiento.

Me agradeció, dijo que era yo muy amable pero que cada uno debía esperar su turno y se puso otra vez atrás mío. Para qué entonces casi pasó por arriba mío para ponerse adelante?

Luego fui a recoger el paquete que antes de ayer me habían enviado avisando que estaría esperándome a partir de las cuatro de la tarde (del miercoles). Entregué el papelito y me dijeron que no estaba, no había llegado todavía!

No es la primera vez que me pasa. La otra vez pregunté para qué me mandan un papelito avisando que el paquete ya está ahí, si en realidad no está. Me dijeron que porque aproximadamente podría estar ahí, pero eso no es lo que dice el papel.

Sería mejor que fueran sinceros y me enviaran un papelito que diga: Le informamos que quizás, si tiene suerte, hoy a partir de las cuatro de la tarde estará su paquete en el kiosko-correo. Y si no llega hoy, llegará mañana o pasado u otro día.

domingo, 21 de junio de 2009

Parientes en sueco

Sigo contando sobre Suecia. En Uruguay el viernes fue el día del abuelo. Se lo festeja el 19 de junio, aniversario del natalicio de Artigas. Me parece muy lindo que festejen a los abuelos.

Aquí no se festeja más que el día de la madre y el día del padre. Después de todo mejor porque como aquí se diferencia abuelos paternos de abuelas maternas, igual que tíos paternos y tíos maternos, se los llama de distintas maneras, no alcanzarían los días del año para festejarlos a todos.

En español diferenciamos entre abuela y abuelo, en sueco hay mormor (madre de la madre), morfar (padre de la madre), farmor (madre del padre) y farfar (padre del padre).

De la misma manera que sobrinos y primos, bueno, toda la parentela. Es en realidad una cosa muy práctica. Yo recuerdo cuando chica que llamaba tíos y tías a un montón de gente, y de muchos no tenía idea de qué manera habían llegado a ser mis tíos y tías. Si eran familiares de papá o de mamá.

Aquí en vez de tío se es farbror o morbror, depende si se es hermano del padre (far=padre, bror=hermano) o de la madre (mor=madre, bror sigue siendo hermano, lean el paréntesis anterior!).

Lo mismo con las tías, son faster (hermana del padre, por eso empieza con fa) o moster (hermana de la madre, por eso empieza con mo). Supongo que se llaman así porque acortaron las palabras farsyster y morsyster (a esta altura ya habrán entendido que syster es hermana), y porque las mujeres tenemos una tendencia a complicar las cosas.

También los sobrinos y sobrinas se distinguen: brorson (hijo del hermano) o brorsdotter (hija del hermano), o systerson (hijo del hermano) o systerdotter (hija de la hermana).

Me parece muy práctico, aunque al principio me hacía una mezcla bárbara ya que invierten las palabras, para decir madre del padre (farmor) escriben primero padre (far) y después madre (mor), así que por mucho que en la palabra está indicado el tipo de parentezco, a mí me confundía y pensaba que la madre del padre era el padre de la madre, menos mal que todo quedaba en familia.

Una vez que se tiene claro quien es quien en la familia se hace más fácil repartir los títulos. Aunque algunos títulos faltan aquí. Por ejemplo no tienen un equivalente a tío abuelo, seguramente que porque en vez de una palabra les haría falta dibujar el árbol genealógico de la familia.

No es raro que aquí las relaciones familiares sean distintas, la familia en realidad es más chica, es más que nada los más cercanos, no como hacemos nosotros que aún a familiares lejanos, y no me refiero a quienes viven en otros países, los consideramos tan de la familia como a quienes viven en la misma casa.
Quizás no se trate de que no quieran tener mucha relación con ellos sino que no saben como llamarlos.

lunes, 15 de junio de 2009

En nuestro primer apartamento

Sigo contando de nuestros primeros tiempos en Suecia. Finalmente llegó el día en que pudimos alquilar un apartamento, o apartamentito porque era bien chiquito. Lo alquilamos de segunda mano, es decir no a la dueña del apartamento sino a quien se lo había alquilado, otro uruguayo que acababa de formar pareja y se fue a vivir con ella.

Era bien chiquito,un ambiente que hacía las veces de living, dormitorio y comedor, por suerte el baño estaba aparte! pero era también una miniaturita y no tenía donde bañarse, ni desague había. Nos bañábamos tirándonos agua con una jarra (no mutuamente, no había lugar como para guerras de agua), después quedábamos sudando al intentar secar el piso juntando agua con el trapo de piso.

En esos tiempos íbamos todos los fines de semana a visitar amigos. Cuando entrábamos y nos ofrecían un café o un té, nosotros pedíamos primero para ducharnos. Al principio llamaba la atención nuestro pedido, después se acostumbraron.

La cocina estaba escondida en en un placard. La heladera estaba abajo de la mesada y no tenía congelador, pero como nos mudamos para ahí en invierno ni nos preocupó, cuando comprábamos cajas de helado las poníamos del lado de afuera de la ventana.

Si bien la cocina era chiquitita, nos daba como para cocinar ahí. El problema estaba en comprar los ingredientes para las comidas. Un día fuimos a visitar a unos amigos uruguayos, nos convidaron con pizza casera, muy rica.

Pedí la receta. Nos dijeron que harina se llamaba mjöl en sueco. Fuimos al supermercado, buscamos por todos lados algo que dijera mjöl. Encontramos varios paquetes de vetemjöl, rågmjöl, grahammjöl y algunos más, pero ninguno que dijera solamente mjöl.

Optamos por comprar el que decía rågmjöl ya que era el que aparte de mjöl tenía menos letras. Tuvimos suerte, era harina, pero como escribía en las cartas a mi casa contando sobre las cosas de este país, la harina aquí nos pareció de muy mala calidad. No era tan blanca como la uruguaya.

Pero a pesar de que no era tan blanca hicimos y comimos algunas pizzas. Quedaron algo pesadas pero como tenían mucha salsa estaban sabrosas, o comibles. Tiempo después comentamos con nuestros amigos el color de la harina sueca. Nos dijeron que rågmjöl significa harina de centeno. Aprendimos que harina de trigo se llama vetemjöl y esa sí es tan blanquita como la uruguaya.

Así como unos amigos nos dijeron como se llamaba la harina en sueco, otros amigos fueron informándonos de otros ingredientes que vienen empaquetados y nos contaron de algunas cosas que lamentablemente aquí no había.

Está bien confiar en los amigos, pero un poco de desconfianzas no viene mal de vez en cuando. Por suerte una argentina, cordobeza para más datos, no quería terminar de aceptar que faltaran tantos condimentos. Decidió empezar a comprar bolsitas que no sabía qué eran para investigar su contenido.

De esa manera pudimos enterarnos que no era verdad que aquí no vendieran laurel ni clavos de olor y algunas cositas más. Simplemente que venían en bolsitas cerradas y sin dibujos que mostraran su contenido.

Y ya seguiré contando de aquellos tiempos.

viernes, 12 de junio de 2009

El orden y yo

El orden y yo no nos llevamos bien, nunca lo hicimos. Quisiera poder echarle la culpa a la genética pero dudo que sea algo que traiga en mis genes. Cuando niña me encantaba ir a mirar el ropero de mis padres cuando mamá salía, aparte del atractivo que tenía como todo lo prohibido o por lo menos que a mamá no creo que le gustara que yo anduviera revisando entre sus cosas, tenía un orden que me llamaba la atención. Todo dobladito y ordenadito, impecable, yo no entendía como podía tenerse la ropa así.

Un tiempo vivió en casa una tía por parte de padre, también ella tenía un orden asombroso en sus cosas, la ropa muy bien doblada y hasta cada prenda en una bolsa de nylon (en esa época no se hablaba del medio ambiente, creo que no existía todavía).

O sea que por parte de madre y por parte de padre tengo genes ordenados. Si no fuera porque en algunas otras cosas me parezco mucho a mi mamá, daría para pensar que hicieron cambiazo en la maternidad.

Cuando chica en mi cuarto tenía dos placares, aunque solamente en uno estaban mis cosas. Me gustaría tenerlo ahora, era tan lindo y grandote, profundo, tenía estantes, cajones y donde colgar la ropa, también servía para jugar a las casitas ahí adentro por lo profundo que era.

Pero carecía totalmente de orden. A veces mamá lo vaciaba, ponía toda la ropa sobre mi cama y me decía que tenía que guardar todo bien ordenadito. Yo lo hacía. Pasaba ratos doblando y ordenando mi ropa, quedaba casi tan bien como en el ropero de mi mama, y más valía porque si no quedaba a gusto de mi mamá, ella lo vaciaba de nuevo.

El problema era que no duraba mucho, casi nada, como un suspiro. La próxima vez que yo lo abría, el desorden que sin dudas se había quedado por ahí escondidito, aprovechaba para invadir nuevamente el ropero.

Creo que el orden me tiene bronca. Como suele suceder, no sé por qué ni cuando surgió este desacuerdo pero se mantiene presente hasta el día de hoy. No es que nos agarremos a las piñas ni nos insultemos, no, ni siquiera tenemos grandes discusiones ya.

Hace mucho que firmamos un pacto de no agresión. Digamos que yo no lo molesto y él me deja tranquila. En ese respeto mutuo es que convivimos. Aunque puede pasar que nos pasemos de la raya, como ahora en que el cuartito del relajo (así llamo al closet) hacía honor a su nombre y estaba que ya ni se podía entrar ahí.

Reconocí mi incumpliento del acuerdo, pedí disculpas y tomé medidas inmediatas. Ayer dediqué la mañana a ordenar un poco el cuartito del relajo, o det kaotiska rummet como le digo en sueco (el cuarto caótico). El orden aceptó mis disculpas pero a esta altura lo conozco, sé muy bien como es y no dudo que vaya a buscar la manera de vengarse. Apuesto a que la próxima cosa que necesite, me la escondió, le falta fantasía y siempre me hace lo mismo.

jueves, 11 de junio de 2009

Mis lentes de sol

Me compré un par de lentes (anteojos, gafas) de sol, lo compré por catálogo y ayer me llegó el paquete. Hace mucho que no tengo lentes de sol, éste es mi tercer par y ya estoy por cumplir los 57 años.

El primer par de lentes de sol lo compré siendo adolescente. Estudiaba en las mañanas y en las tardes trabajaba en una guardería a la vuelta de casa. No ganaba mucho pero me sentía muy orgullosa de mi sueldito. Por lo menos no necesitaba estar pidiendo plata para mis gastos que no eran muchos, pero se siente gran independencia al usar plata propia.

Los lentes de sol me atraían, no tanto por su función de proteger del sol sino porque brindaban la oportunidad de lucirse con ellos, sí, no voy a negarlo, podría hacerme ver con ellos.

Ya había pasado la etapa de jactarme posando con mi primer reloj que a esa altura ya no existía más, ahora soñaba con tener lentes de sol para hacer como veía hacer en las películas, ese gesto de subirlos hacia el pelo, o de como ponerlos dándose importancia. Pero eran algo caros.

Un día ví un aviso en un diario de una tienda que vendían unos en precio, de acuerdo a mi pequeño sueldo. Allá fui a comprarlos. Ni me fijé si ese modelo venía bien a mi cara o no, eran los únicos que tenía posibilidad de comprar, y los compré.

La verdad que no me quedaban bien, diría que no era el modelo de lentes que más me favorecía. De todos modos no importaba porque era muy poco el tiempo que permanecían en mi cara.

Me los ponía para al ratito subirlos hacia el pelo y dejarlos de vincha y luego volver a ponérmelos con un gesto muy estudiado, y así me pasaba hasta que los pobres lentes terminaron creyéndose ser un ascensor, meta subir y bajar todo el día.

El siguiente par lo compré aquí en Suecia. Fue cuando me empezó mi alergia al polen. Un médico me dijo que los lentes protegerían un poco los ojos. Me compré un par, éste sí ya en un modelo que me quedaba mejor, por suerte! porque andaban muy poco por mi pelo.

Estando afuera pasaba con los lentes puestos. Parecía que estaba de incógnito o haciéndome la artista, lo que habré hecho cuando adolescente con mi primer par, pero aseguro que ya no era así.

Los usaba para proteger los ojos del polen, no del sol que además en aquellos tiempos brillaba por su ausencia en los veranos. Y no habiendo sol es lógico que llamara la atención que yo anduviera con esos lentes. Todos me miraban como yo hubiera querido que me miraran cuando me pasaba cambiando de lugar mi primer par de lentes de sol.

Luego necesité lentes para ver y los del sol quedaron guardados por algún cajón. No lo lamenté mucho, sinceramente no es lo mío, nunca me sentí muy cómoda mirando el mundo a través de lentes oscuros.

Me parecía ir por un mundo muy falso, más de lo que acostumbra ser. Era andar caminando por un día nublado cuando en la realidad brillaba el sol. Así que hasta ahora no había tenido otro par.

Hace un par de años me dió migraña a los ojos, en esos casos me molesta mucho la luz fuerte, empecé a sentir necesidad de lentes de sol, pero para ponerme lentes de sol tenía que sacarme los otros lentes y no veía nada.

Hasta ahora en que hace poco ví en un catálogo que vendían lentes de sol para usar arriba de los lentes de ver. Me pareció genial! Arriba son anchos, también la patilla es ancha y así se tapan bien los lentes que se lleven debajo.

Encargué un par que ayer me llegó, mi tercer par de lentes de sol, que estos días no puedo usar por más que tenga los lentes de ver abajo. Los días están muy grises, de un tono gris oscuro, o como decía uno de mis hijos cuando era chico: negro claro, si me pongo lentes de sol creo que tendría que andar con linterna para ver algo.
Pero estoy contenta de tenerlos, es como un reencuentro con un viejo juguete.

domingo, 7 de junio de 2009

Sobre nombres de actores

Hace unos días hablaba del problema con los nombres, el no saberlo, el no recordarlos. Hoy les cuento lo que me pasó ayer, y que no fue la primera vez que me pasa, sobre otra dificultad a la que puede enfrentarse la memoria.

Mientras almorzaba estaba mirando la tele cuando ví a un actor o actriz y traté de recordar en que otro programa o serie o película se la vió antes.

Puede pasarme que recuerde el nombre, o no, que ni siquiera se eso viene a la memoria, pero sí la cara, no quedan dudas de haberla visto antes, dónde? donde la ví antes?

El programa que estaba mirando continúa, bien que podría tomarse una pausita mientras intentamos recordar, pero no, el programa sigue, y mi cabeza también sigue buscando por todos los recovecos de la memoria a ver si encuentra la respuesta.

Y nada, cada vez que aparecía esa persona más conocida me resulta. Intenté acordarme con qué otros actores trabajaba, que papel hacía, cualquier cosa que pudiera ayudarme a recordar.

Vagas imágenes fueron surviendo en la memoria, pero muy vagas, no eran suficientes. El programa continuó y ya no tenía ni idea de lo que hablan, que pasa, de qué se trata, estaba totalmente concentrada en intentar identificar de cual serie era ese actor o actriz.

En esos caso, si tengo suerte, antes que termine el programa logro acordarme y ya la cabeza se sube en la máquina del tiempo y me voy de paseo a cuando daban aquella serie. La tele pasa un programa, en mi cabeza miro otros.

Si no tengo suerte, como ayer, el programa termina sin que casi me dé cuenta y no importa porque a esa altura ya había perdido el interés y ni idea tenía de que se trataba. Seguí intentando recordar.

Para cenar prendí nuevamente la tele, no podía concentrarme en lo que estaban dando, seguía pensando donde había visto antes al actor del programa del mediodía. A esa altura ya lo veía en mi cabeza representando su papel, hacía de novio, era en una comedia, pero cual?

De pronto me acordé, era Mike! el novio de Phoebe en la serie Friends! Al fin pude seguir mirando lo estaban dando en la tele ayer y me dejé de recorrer el mundo de las seriales pasadas.

Y así como cuando hablamos de los nombres proponía que todos anduviéramos con cartelitos con nuestros nombres, ahora propongo que quienes aparezcan en la tele o en películas, lleven un cartelito con la lista de programas, series y películas en las que han actuado.

Así podremos disfrutar de cada programa sin perdernos la mitad por estar sentadas tratando de recordar donde fue que los vimos antes.

Sigo con las comidas

Sigo con el tema de las comidas, aunque no sé bien con cual seguir. Quizás con uno de los primeros choques. Un día junto con la comida nos sirvieron galletas Wasa, una galletas rectangulares, color marroncito y duras.

Mi ex se enojó, estaba muy ofendido, decía que nos habían servido galletas para perros. Sinceramente si bien yo no decía que eso eran galletas para perros, estaba de acuerdo con que eso no podía ser comida de personas.

Hoy son muy conocidas, en el show de Oprah las recomendaron. Yo ya casi no como pan, quizás una o dos veces al año, como solamente de esas galletas, al desayuno, almuerzo, cena y las dos meriendas que hago al día, sí, me encantan!

Hace varios años estuvo una prima mía de visita. Fue una linda sorpresa, hacía varios años que no nos veíamos, ni nos reconocimos cuando nos vimos.

El primer día en la tarde, a esos de las seis, nos sentamos a comer, yo había hecho el panqueque al horno con bacon que conté hace un par de días. Por supuesto lo serví con dulce como corresponde, aunque no con el dulce de arándalos.

Mi pobre prima quedó desconcertada. Cuando yo dije de comer a las seis de la tarde no supo si yo pensaba servir una merienda algo tarde o una cena muy temprano. Cuando serví la comida siguió dudando, por tener bacon le parecía que sería una cena, pero el dulce la hacía pensar que era una merienda. Por suerte, fuera lo fuera, le gustó.

En esos días le serví otra cosa que a mí particularmente me gusta mucho, a ella también le gustó pero dijo que mejor no contarle a nadie porque quien sabe que iban a pensar de ella. Es mimosa sallad, la compro ya hecha pero puede hacerse en la casa mezclando mayonesa con crema ácida y ensalada de fruta, se abre una lata de ensalada de frutas y se cuela para sacarle el juego. Es muy rico para acompañar rodajas de jamón.

La primer navidad sueca fue toda una vivencia culinaria. Para navidad se come y se come, la lista de todo lo que hay en la mesa es larguísima, ni la voy a escribir. Entre las primeras cosas que se sirven está el arenque que se prepara en una especie de vinagre.

Yo me sentía como comiendo pescado casi crudo. Por suerte cuando lo sirven, aparte de cerveza también sirven algo así como aguardiente. La cosa fue comer un pedacito de pescado, tomar un poco de aguardiente que me parecía muy fuerte pero bueno para poder seguir comiendo el pescado. Suerte que me quedaba a dormir en esa casa!

Por suerte pude acostumbrarme también a esta comida porque la sirven para todas las fiestas, no solamente para navidad sino para pascuas y Midsommar. Y la verdad que no está tan mal cuando se la acompaña con papas hervidas y huevos duros.

Y hablando de pescados difíciles de comer o acostumbrarse a comer, paso aquí un post que puse el año pasado, en agosto, en mi otro blog contando del surströmming:

"En estos días puede sentir un fuerte olor muy feo por varios lugares en Suecia, es la época de comer surströmming. Qué es eso? bueno, en Wikipendia encontré esta explicación:
Surströmming (arenque agrio en español) es una delicia sueca que consiste en arenque fermentado del Mar Báltico. El surströmming se vende en latas, que al ser abiertas sueltan un olor fuerte y fétido. Es por este olor particular, que es parecido al pescado pasado o basura dejada al sol durante un par de días, que el surströmming tiene mala fama en la cultura popular, y se sostiene que la gente que intenta probar el surströmming puede estar segura de que nunca lo olvidará.

A causa de su olor, el plato se suele ofrecer en comidas al aire libre. Sin embargo, abrir la lata bajo el agua puede contribuir a rebajar el olor hasta cierto punto, así como a evitar bañar a la persona que lo abre en salazón, puesto que la fermentación a menudo genera una considerable presión dentro de la lata. La palabra finesa para denominarlo es hapansilakka.

El arenque es pescado en primavera, cuando está en condición óptima y están a punto de reproducirse. El arenque se fermenta en barriles durante uno o dos meses, y luego es enlatado para continuar la fermentación. De medio a un año más tarde, se ha generado suficiente gas como para que las latas que eran cilíndricas hayan pasado a tener una forma más redondeada.

Estos inusuales contenedores de surströmming pueden encontrarse en supermercados de toda Suecia. Sin embargo, ciertas aerolíneas han prohibido estas latas en sus vuelos, considerando como potencialmente peligrosos los contenedores presurizados.

Las responsables de la fermentación dentro de la lata son bacterias de la especie Haloanaerobium. Estas bacterias producen dióxido de carbono y varios componentes que provocan el peculiar olor: fuerte ácido propílico, sulfuro de hidrógeno (huevo podrido), ácido butílico (mantequilla rancia) y ácido acético (vinagre).

Una explicación propuesta de los orígenes de este método de preservación es que empezó hace mucho tiempo, cuando salar comida era bastante caro debido al coste de la sal. Cuando se usaba la fermentación, sólo se necesitaba la cantidad justa de sal para que el pescado no se pudriese.

A menudo se come el Surströmming con un tipo de pan llamado tunnbröd ("pan delgado", literalmente). Este pan delgado y blando (que no ha de confundirse con el pan crujiente, knäckebröd, o también llamadas galletas Wasa) se comercializa en grandes láminas cuadradas que se embadurnan de mantequilla. Luego se le añade algo de cebolla cortada y patatas hervidas peladas y laminadas. Las patatas son de un tipo especial, llamadas mandelpotatis o patatas almendra.

Se saca un pescado entero de la lata y cortado a la mitad. Se eliminan sus partes blandas internas, incluyendo las huevas, de color gris oscuro, y entonces se abre el pescado como un libro. Se aplasta la carne roja con un tenedor, soltando las espinas para poder filetearla. Entonces se cortan porciones pequeñas, listas para el sandwich. El toque final es una poca de crème fraîche (crema ácida). Llegados aquí se puede doblar o enrollar el tunnbröd.

Tradicionalmente se sirve el sandwich de surströmming acompañado de un vaso de leche fría y un snaps (bebida alcóholica fuerte, a lo que yo llamé algo así como aguardiente). La cerveza también se ha vuelto popular, aunque los efectos de combinados del surströmming y la liberación de dióxido de carbono de la cerveza puede ser bastante desagradable durante un tiempo tras la comida.

Hay mucha gente que no aprecia el surströmming, y generalmente se considera como un gusto adquirido. Y a la inversa: es una comida sujeta a grandes pasiones (al igual que el lutfisk, o bacalao), y a muchas personas les ha gustado desde la primera vez.

Controversia
En abril de 2006, varias compañías aéreas importantes (como Air France y British Airways) prohibieron este pescado a bordo citando que las latas en las que viene pueden clasificarse como potencialmente explosivas debido al hecho de que están presurizadas. Tras esto se dejó de vender este pescado en el aeropuerto internacional de Estocolmo.
Los productores del pescado han tildado esta decisión de las líneas aéreas "culturalmente iletrada", afirmando que "es un mito que pueda explotar el pescado enlatado".
Sin embargo, admiten que el pescado puede emitir un hedor horrible. Pero ese único detalle, argumentan, no puede ser suficiente como para prohibir la venta del pescado.

Les cuento que una vez en el trabajo iban a hacer una de esas fiestitas donde se come el surströmming. Yo por mis alergias no podría comerlo pero decidí llevarme algo que pudiera comer y compartir un rato ameno con mis compañeras de trabajo. Ilusa yo, el olor era tan, tan, tan fuerte y feo, espantoso, que se me hizo imposible comer lo que llevé yo, le sentía el mismo olor a todo, llevó horas para desaparecer ese olor de mi nariz. Fue toda una experiencia.

sábado, 6 de junio de 2009

Festejando el bachillerato

Este post lo publiqué hace justo un año en mi otro blog, hoy lo paso para aquí ya que venía contando de cuando llegamos y las costumbres distintas que encontramos:

"En estos días terminan las clases y quienes terminan Preparatorios, es decir terminan el bachillerato están de fiesta. Se los ve ya unas semanas antes de terminar las clases con sus gorras blancas de bachilleres. El primer año que los ví pensé que eran marinos, que algún barco grande habría llegado a este puerto, después supe que eran estudiantes.

Es un gran acontecimiento terminar Preparatorios y muy festejado, es un gran día que comienza juntándose toda la clase en un parque donde desayunan con champagne, todos muy bien vestidos, ellos de traje y ellas con vestidos blancos o bien claritos. Luego del desayuno van a clase donde reciben sus diplomas y escuchan algún discurso. Afuera están las familias y amigos esperando, se llevan carteles donde se pegaron fotos de los estudiantes cuando eran niños.

Es impresionante verlos salir a todos corriendo y en un momento tiran las gorras al aire. Cuando encuentran a sus familias reciben ramos de flores que se les cuelga al cuello, también muñecos de peluche y botellas de champagne. Viene entonces un momento muy divertido, la vuelta a casa!

Se trata de ir a buscar al estudiante con un vehículo muy decorado con ramas de abedules y globos, y preferiblemente que sea algo muy original.
Luego se va en caravana, generalmente por cada estudiante hay más de un auto con gente que fue a buscarlo, y van tocando bocina y gritando, quienes los ven pasar los saludan. Dan una vuelta por el barrio antes de llegar a la casa donde los espera una fiestita.

La casa también fue decorada, luego de que el estudiante se fue en la mañana hay que apurarse a decorar la casa o el balcón del apartamento con ramas de abedules, globos y carteles (generalmente se sacrifica una sábana donde se escribe el nombre del estudiante).

Estos son los carteles con que fui a buscar a mis hijos cuando ellos se hicieron bachilleres:


A uno de ellos lo fuimos a buscar con un tractorcito, mi hijo estaba siempre con dos amigos y el padre de uno de ellos consiguió el tractorcito con una sorra (remolque) y la decoró, ahí volvieron los tres amigos. Al otro lo fuimos a buscar en la camioneta a la que se le habían sacado los asiento de atrás, ahí fijaron una silla y llenaron la camioneta de globos aparte de decorarla con ramas y globos, la puerta de atrás iba abierta y mi hijo iba sentado en la silla tirando globos a la gente que nos veía pasar. Si algún día tengo scanner y espero tenerlo pronto, les mostraré algunas fotos más de como festejamos este día."

Y pasó un año y yo sigo sin scanner, ese pronto parece demorarse en llegar.

jueves, 4 de junio de 2009

Sobre comidas

Hablando de los primeros tiempos aquí, no puede faltar el capítulo comidas. Aaaah, las comidas! Recuerdo cuando estábamos en ese primer lugar que les conté y comíamos en el comedor-restaurant.

Los días de semana nos servían la comida en lo que podría llamar el comedor diario, también ahí servían a los clientes que venían a almorzar, seguramente gente que trabajaba cerca e iba a comer en la pausa del almuerzo.

No sé si la otra gente pedía comidas por un menú, o solamente tenían el plato del día. A nosotros nunca nos preguntaron, y lo bien qué hicieron porque no les habríamos entendido nada.

Las comidas nos parecían muy raras, algunas más comibles que otras pero raras. Lo que nos parecía más extraño es que a veces para el almuerzo, aparte del pan y la manteca también ponían mermelada en la mesa.

Muy raro, pero muy rica. Esos días después de comer siempre me hacía un delicioso pan con manteca y mermelada, era mi postre. Cuando tuvimos apartamento iba al supermercado a buscar esa mermelada.

Como no sabía como se llamaba, compraba mermeladas rojas, una distinta cada vez, y nunca encontré una tan rica, con ese gustito dulce con algo medio ácido. Mucho después, ya trabajando en Kodak, se cruzó en mi camino, o en mi mesa, esa mermelada.

Un día fui al comedor con unas compañeras de trabajo y me sirvieron esa mermelada, en el mismo plato que la comida! Sí, era dulce de arándalos para acompañar la comida y no para comer con pan y manteca.

Entre las comidas que siempre se acompañan con ese dulce están las köttbullar (albóndigas suecas). También se hace la masa de los panqueques, se pone en una asadera junto con una especie de tocino en cuadraditos que se fríen antes de agregarlos a la masa y al horno. Luego se sirve con ese dulce.

También hay una especie de morcilla que se corta en rodajas, se fríe y se acompaña con el dulce de arándalos. Suena raro pero como es un dulce un poquito ácido queda muy rico.

Volviendo al comedor del primer lugar. Los domingos, muy generosamente nos dejaban comer en el comedor fino, ese con manteles blancos. Ahí no servían la comida sino que era las famosas smörgåsbord suecas. En una mesa ponen una cantidad de comidas y cada uno se va sirviendo un poco de cada cosa.

Cuando nos hacían pasar a ese comedor lo hacían siempre muy sonrientes, demostrándonos que era algo muy bueno, un beneficio, algo que debía alegrarnos. Nosotros sonreíamos pero por lo menos yo no me alegraba ni un poquito.

Por más vueltas que daba alrededor de esa mesa llena de comida, lo único que encontraba comible eran papas hervidas. Los otros que estaban con nosotros podían encontrar algunas cosas más, pero yo no. Los domingos me llenaba de papas y pan y justo ese día no nos servían el dulce.

Trabajando en Kodak fuo agarrándole el gusto a las comidas suecas, también fui aprendiendo a cocinarlas. Algunas recetas me las pasaban las compañeras de trabajos cuando yo decía que esa comida me había gustado.

Otras me las pasaba la señora que cuidaba a mis hijos, la dagmamma (mamá del día como les llaman). Ella me pasaba las recetas de las comidas que a mis hijos le gustaban, claro que a mí no me quedaban igual que a ella.

Había detalles que se me pasaban. Por ejemplo algunas comidas se hacen o se acompañan con esa especie de tocino, pero cuando me lo describieron ya que no entendía qué era eso, me pareció que estaban hablando de bacon.

Resultado: usaba bacon donde había que poner tocino y no es lo mismo. Por ejemplo el panqueque al horno con tocino yo lo hacía con bacon. En ese tiempo tampoco había encontrado el dulce de arándalos y ponía cualquier otro dulce rojo, de frutilla o de frambuesa, después cuando lo encontré mis hijos ya se habían acostumbrado a los otros dulces y seguí con esos.

Un día una vecina y su marido tuvieron que salir y sus hijos quedaron en casa. Cuando vinieron a buscarlos yo estaba por servir el panqueque, los invité a quedarse a comer.

Se sentaron comentando que esa comida les gustaba mucho. Primero les llamó la atención que hubiera usado bacon, a mí me llamó la atención que no todos lo hicieran con bacon, no entendía que otra cosa era que le ponían.

Cuando vieron que el dulce era de frutillas hasta sus hijos reaccionaron, y es lógico, una cosa es poner un dulce ácido y otra poner un dulce-dulce. Hasta hoy mis hijos a veces prefieren el dulce de frutillas al de arándalos, lo que por supuesto le ha llamado la atención a mis nueras.

Lo mismo pasa con el bacon en vez de tocino, nos acostumbramos y nos pareció más rico.

Volviendo a las comidas que nos servían en el comedor, un día vimos que estaban sirviendo espaguettis con salsa de tomate y carne picada o tuco. Que gran alegría, fue como encontrarnos de sorpresa con un amigo que hace muchísimo no veíamos.

Apenas nos sirvieron nos tiramos arriba a la comida. Que desilusión! Al ver esa comida, vieja conocida, ya nos pareció sentir su sabor, que no tenía nada que ver con el que enseguida sentimos en nuestras bocas. El tuco era dulzón!!!

Tapamos los platos de sal y pimienta para intentar darle un sabor parecido al que estábamos acostumbrados. Pienso en ese día y me parece extraño. Luego he comido muchas veces ese tuco y ya no le encuentro un gusto dulzón ni tan diferente.

Ya les seguiré hablando de las comidas suecas, que hoy me parecen muy ricas. Es cuestión de costumbre.

martes, 2 de junio de 2009

Sobre flores

El domingo uno de mis hijos me regaló un canastito con flores, algunas azules que me pareció un color artificial. Ayer estuve limpiando el balcón pensando en las plantas que pondré. Mi mente floreció, sí, no dejó de pensar en flores, futuras y pasadas.

Las flores azules del canastito me hicieron recordar unos claveles que tuve. Pero voy más atrás. Cuando era chica a veces iba a quedarme a pasar unos días en casa de mi abuela. En la azotea tenía unas latas convertidas en macetas, ya practicaban el reciclado en aquellos tiempos.

En esas macetas había claveles. A mí me gustaba regarlos por varios motivos, uno: mi abuela vivía en un apartamento chico donde yo no tenía mucho que hacer, dos:que me confiaran esa tarea me hacía sentir más grande, tres: la azotea, como lugar prohibido para jugar que era, me atraía mucho.

Mi abuela viendo que tanto me gustaba regar los claveles me regaló unas plantitas. Muy orgullosas las llevé para casa y a pesar del jardín tan grande que teníamos, las puse en una terraza, para que se sintieran más en su medio.

Había escuchado como manipulaban las plantas, hacían injertos en los árboles, o experimentaban para cruzar flores. No quise ser menos ahora que era propietaria de claveles.

Mis experimentos consistieron en querer hacer injertos. Había visto como un jardinero había envuelto tierra en una rama de un árbol, cuando dió raíces la cortó y la plantó. Hice lo mismo con una ramita de un clavel que no dió raíces, ni pensé que alcanza con cortar una ramita y plantarla aparte.

Quise probar a ver si conseguía cambiarle el color a las flores, había visto claveles azules en florerías, nunca en las macetas de mi abuela. Empecé a regar una maceta mezclando un poco de tinta en el agua. Era la época anterior a las biromes y en la escuela usábamos lapiceras que se cargaban de tinta o plumas que se mojaban en un tintero. Esa planta nunca llegó a dar flores.

Se me ocurrió también cambiarle el perfume a las flores, para eso las regaba con agua a la que agregaba un poco del perfume que usaba mi mamá. Esa planta tampoco llegó a dar flores y mi mamá no mostró ninguna comprensión hacia mi espíritu científico.

Con el tiempo me hice más tolerante y hoy acepto que las plantas tengan el color y perfume que tengan, no intento más cambiarlo, y cuando quiero sacar nuevas plantitas, corto un gajo y lo pongo en agua para que dé raices.

lunes, 1 de junio de 2009

Sobre nombres

Habiendo dedicado al festejar el día de la madre, que llegó aquí recién ayer, no escribí nada nuevo, así que sigo pasando viejos posts del otro blog. Ahora traje dos que escribí hace unos meses sobre nombres:

El primero:
"Estoy compensando, cuando una parte de mi cuerpo no trabaja, otra se esfuerza más para compensar, y en estos momentos siendo tantas las partes que se declararon en huelga de brazos caídos me quedan pocas partes que puedan compensar, así que el recargo esta vez le tocó al cerebro. No solamente sigue planificando todo lo que haré cuando pueda hacer algo (creo que es su venganza) sino que le da por pensar en cosas que en otros momentos seguro que no pensaría.

Por ejemplo le dió por pensar esto de los nombres, a cuantas personas conocemos pero no sabemos sus nombres? Están esos compañeros de trabajos a los que se ve todos los días pero por no tener contacto directo con ellos no siempre sabemos como se llaman. O quienes viajan todos los días en el mismo ómnibus camino al trabajo. O algunos vecinos. Cuando se presenta una a los vecinos de la zona? Es un contacto que muchas veces va creciendo poco a poco. Primero un simple saludo con la cabeza o una sonrisita al pasar, luego un hola, más tarde un hola, lindo día hoy! o más comúnmente: hola, qué frío, no? Con el paso de los días o semanas o meses una frasesita más hasta que un día se detienen a intercambiar algunas palabras. Cuando se quiere acordar se ven seguido afuera, se paran a charlar, se van sabiendo más cosas uno del otro, pero, cuando el nombre?

Es que al principio es solamente un saludo al pasar, no da para presentarse, y luego cuando ya se para a charlar parece ridículo presentarse, si ya se sabe tanto de la otra persona, menos el nombre! y da un no sé qué preguntarlo.

Eso me pasó, en el barrio que vivía antes, con una vecina que tenía su balcón pegado al mío, aunque para entrar a nuestros apartamentos teníamos distintas puertas de entrada al edificio. Al principio solamente nos saludamos, con el paso de tiempo charlábamos de balcón a balcón o cuando nos encontrábamos afuera. En esos tiempos yo salía a correr o hacer jogging todos los días. Ella me dijo que quería empezar a correr y me preguntó si podía venir a correr conmigo, le dije que sí y el primer día que salimos, antes de empezar a correr me confesó que no sabía como me llamaba yo, y hacía diez años que éramos vecinas! Reconocí que yo tampoco sabía su nombre y así luego de diez años nos presentamos.

Al mudarme a este barrio decidí que no podía pasarme eso otra vez y al poco tiempo de saludar a algunas vecinas y viendo hacia donde íbamos, ya me presenté. Pero de todas maneras me encuentro con mucha gente con quienes me paro a hablar un ratito cuando los veo afuera y no sé su nombre, los tengo identificados por distintas cosas, el lugar donde viven, el perro al que sacan a pasear, alguna característica especial de su persona, etc.

En estos días que salí a caminar me pasó que me detuve un ratito a hablar con un vecino a quien siempre saludo y algo hablamos cada vez que nos vemos, cuando iba a seguir caminando él decidió presentarse, hace ya tiempo que habíamos pasado al nivel de pararnos a charlar. El martes me pasó con la vecina que me corta el pelo, siempre que la veo afuera charlamos ratos, ni que hablar todo lo que hablamos cuando voy a cortarme el pelo, por lo menos dos horas! Me ha contado casi toda su vida y sus angustias. Cuando me estaba cortando el pelo sonó el teléfono, era su hermana a quien también conozco, le dije que le diera mis saludos, entonces me miró y me dijo: pero no sé como te llamás. Yo sabía su nombre porque otra vecina, una de esas que no solamente saben el nombre sino toda la historia de cada persona, me lo había dicho. No deberíamos andar todos con un cartelito con nuestros nombres? sería mucho más sencillo!"

El segundo:

"Sigo con la problemática de los nombres. Mi cerebro en vez de dedicar tanto tiempo a pensar sobre los nombres debería dedicarse un poco más a recordarlos! pero hace lo que quiere, como siempre, así que sigo con ese tema. Por supuesto que aparte de los nombres que desconocemos de personas que conocemos o vemos seguido, también están los nombres que olvidamos y creo que es todavía peor de reconocer. Si a alguien con quien hace tiempo hablamos le decimos que no sabemos ni nunca supimos su nombre, no da motivo para ofenderse, pero decirle a alguien que nos olvidamos del nombre ya da para mucho, y nada lindo! sobre todo si se trata de una persona muy susceptible.

Me ha pasado algunas veces que me encuentro con alguien conocido pero de quien olvidé el nombre, charlamos y quedamos en llamarnos, para eso intercambiamos números de teléfono, es en ese momento que aprovecho y en vez de anotar yo el número, le doy a la persona mi libretita de teléfonos y si no la tengo conmigo un papel y una lapicera y digo que mejor me escriba él/ella su número, cuando lo va a hacer le recuerdo que escriba también su nombre, así después sé a quien corresponde ese número. De esa manera he ayudado a mi memoria más de una vez. Claro que ésto pronto no servirá ya que hoy más que libretita de teléfonos, se llevan los números programados en el celular.

Insisto que lo mejor sería que anduviéramos siempre con un cartelito con nuestros nombres! Si no sabemos el nombre debemos entonces describir a la persona. Como decía ayer acostumbramos identificarlos por distintas características de la persona, pero es una identificación personal que no es seguro que compartamos con otros. Otros pueden haber hecho su propia identificación.

Un ejemplo, hace muchos años trabajaba en un lugar muy grande, un día estando en el comedor una compañera de trabajo comentó algo sobre una persona, yo no sabía quien era, las otras me dieron más datos para que yo lo identificara. Finalmente yo me dí cuenta o creí darme cuenta quien era y para confirmarlo describí como era esa persona diciendo que era uno alto y rubio (aquí la verdad que no ayuda esa descripción), pero me dijeron que no, que tenía el pelo oscuro y era más bien bajito. Sin duda hablábamos de distintos hombres. En esa discusión estábamos cuando el susodicho entró al comedor y resultó que el rubio alto al que yo me refería era el bajito de pelo oscuro que las otras nombraron!

Con lo petisa que soy acostumbro a ver a todas las personas como altas, lo son al lado mío. Lo del pelo fue una simple cuestión de interpretación, lo que en Uruguay se consideraba rubio, acá no lo es, para serlo tiene que ser superrubio.
También otros detalles quedan librados a la interpretación de cada uno, por ejemplo: cuando una persona es gorda o delgada?

Si usáramos cartelitos con los nombres no perderíamos tiempo intentando describir a las personas sobre las que queremos chusmear, que al final cuando logramos ponernos de acuerdo en como describir a la persona ya nos olvidamos de lo que queríamos decir sobre ella, perdiéndonos así jugosos chismes."