Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


jueves, 23 de julio de 2009

Enviando un sms

Ayer cumplió años mi hijo mayor, como está de viaje por cuestiones de trabajo, le mandé un sms. Ya conté cuando compré el celular que tengo actualmente, sobre las dificultades para enviar sms. Tiene ese sistema que aprieto una letra y sale una palabra, después me lo cambiaron a que puedo escribir letra a letra, pero ayer no sé qué le dió, la primera letra la ponía bien pero no las siguiente, ni escribía una palabra ni escribía la letra que yo quería.

Me acordé que cuando escribo palabras o mejor dicho un montón de letras que no dicen nada, termina apareciendo un signo de interrogación, como que me pregunta si eso es realmente una palabra que quiero poner. Al aparecer ese signo de interrogación también aparece la opción de deletrar, la que más me gusta.

Probé a nuevamente a escribir Feliz cumpleaños pero salieron algunas letras que no decían nada y apareció la opción de deletrear como me esperaba. La elegí inmeditamente y pude escribir lo que quise.

Es lo que hago cuando quiero deletrear un sms, empiezo escribiendo algunas letras cualquieras que no formen una palabra, porque todavía no encontré la manera de elegir el sistema o alternativa que me permita deletrear, sé que por algún lugar del menú está pero no sé donde.

Y bien, luego de escribir el saludo que quería, envié el sms y en el mismo momento que apreté el OK, ví todo el texto, decía: Irrsp feliz cumpleaños! un abrazo

Todavía no me contestó, no sé si porque por razones de trabajo no tuvo tiempo, o será que está intentado decifrar que quise decir con ese irrsp.

Y yo me pregunto si todas las veces que hice así para poder escribir un sms deletreando las palabras, también envió el montón de letras que puse para que apareciera esa opción. Ya me imagino las caras de desconcierto de quienes reciben mis sms.

Cuando lleguen todos los catálogos con cursos para hacer en el otoño, acostumbran llegar varios, me voy a fijar si hay alguno de como usar un celular.

lunes, 20 de julio de 2009

Fechas de cumpleaños

Después de haber tenido algunos cumpleaños en estos días y otros que vendrán en esta semana, no pude evitar ponerme a pensar en los cumpleaños. Y pensar en los cumpleaños y en el olvidarse de ellos es casi un mismo pensamiento.

No es que me olvide de los cumpleaños, no, si yo sé muy bien que todos cumplimos años, lo que me cuesta recordar es cuando.

Las fechas que aprendí cuando niña son las que quedaron más afirmadas en mi memoria, de ahí que muy rara vez me olvide de cuando cumplo años yo, debe haber sido la primera fecha que aprendí. Luego las de mis hermanos, claro también había fiestita esos días.

Quizás por eso mismo demoré un poco más en aprender las fechas de cumpleaños de mis padres, no los festejaban de la misma manera con globos, sorpresas y demás. La fecha del cumple de mamá me fue más fácil aprender, no sé por qué. La de papá, que cumple el 29 de enero, me costó un poco más, durante unos años tuve la duda de si era el 29 de enero o de febrero que cumplía. Cuando aprendí que febrero tiene solamente 28 días, salvo los años bisiestos, se me hizo más fácil recordar que era en enero.

Otras fechas, como el cumpleaños de una de mis primas, me quedó bien grabado, o mejor dicho una duda me quedó muy afianzada en mi memoria, siempre dudé si cumplía un 17 o un 27. Hace unos años, cuando retomé contacto con ella, me dijo que cumple un 7, no sé, mi cabeza insiste en dudar si es el 17 o el 27, por lo que más de una vez me atraso en saludarla.

Con una amiga tenía claro el día, pero dudaba el mes, eran en abril o en mayo?, por las dudas siempre la saludaba en abril, me llevó años aprender que era en mayo, siempre la llamaba un mes antes.

Lo mejor es cuando una fecha me queda grabada de pique, porque donde tenga la menor duda, ya lo que queda grabada no es la fecha sino la duda, así es que tengo muchas fechas de cumpleaños que no estoy segura del día o estoy segura del día pero no del mes.

Cuando niños tenemos pocas fechas para recordar, me refiero a los cumpleaños porque en la escuela estudiando historia nos dan un montón de fechas que aprender. Después, entre todas esas fechas históricas sumado a que en nuestras vidas van entrando más y más personas, la lista de fechas a recordar se va haciendo larguísima.

Llegando a mi edad ya es casi inhumano acordarse de todas. Yo pienso que entre adultos debería alcanzar con acordarse del mes de cumpleaños.

Aunque a veces también los meses me quedan en dudas, quizás fuera mejor recordar la estación del año, o el trimestre. Así alcanzaría con recordar quienes cumplen en el período enero, febrero, marzo, o en abril, junio y julio, etc. etc.

Más fácil aún sería si dividiéramos el año en comienzo, mitad y final, sería suficiente saber que alguien cumple años por ejemplo a mitad de año. Así también las llamadas y saludos de cumpleaños se recibirían repartidos en varios días y semanas, hasta meses. Cuantas tortas de cumpleaños podrían comerse, mmmm, creo que engordé medio kilo de solo pensarlo.

Me dirán que hoy en día la tecnología tiene medios de recordarnos las fechas que querramos que nos recuerde, y sí, me parece genial, pero a no olvidar que no todos nos llevamos muy bien con la tecnología.

Creo que me tiene bronca, no sé que le hice, pero ya me demostró en varias oportunidades que no le caigo muy bien. Estoy segura que por esa bronca que me tiene, o simplemente por divertirse, me recordaría los cumpleaños en fechas erróneas.

Así que yo presciendo de la técnica, continúo anotando las fechas en papelitos que después me olvido de mirar. Miren, pensándolo bien lo mejor es que ya mismo les diga: A todos y todas las que cumplan años este año les deseo que pasen un muy feliz cumpleaños!!!

viernes, 10 de julio de 2009

Sigo con el mundo de Facebook

Hace ya tiempo me decían de entrar a Facebook, no me animaba, leí mucho sobre las cosas que pueden pasar. Al final mi amiga Lidia consiguió convencerme y entré, fue más que nada pensando en ver unas fotos que ponía otra amiga en su sitio de Facebook, luego me borraría.

Pero ahí estoy todavía, descubriendo un mundo nuevo para mí, viejo para otros, siempre tan relativo esto de la edad, de todas las edades.

Me llevó a pensar en el pasado. Siempre pensé que el pasado estaba atrás, o abajo por aquello de a lo pasado, pisado. Cuando me ponía romántica o sentimental pensaba que el pasado lo llevamos dentro nuestro, en el corazón. O que era parte de nosotros porque nos formó. Somos lo que somos y como somos gracias al pasado, o por culpa del pasado según el caso.

Eran mis distintas maneras de ver el pasado, según con el humor que estuviera. Quizás fuera así, pero eso era antes de la era cibernética. Ahora el pasado está en Facebook! sí, ahí se esconde.

Facebook es como el mundo de los sueños. Ya saben como es. Cuando sueño puedo ver a mi vecina junto a una tía mía que vive en Uruguay y a su lado también aparece el cartero (el de este barrio o del barrio anterior o uno de Uruguay). El sueño puede comenzar en Uruguay, abro una puerta y estoy en Suecia.

Así es el mundo de Facebook, ahí conviven vecinos del barrio de mi infancia, compañeras de clase, sobrinas, primo, amigos reales y amigos cibernéticos, amigos actuales y del pasados, amigos de todas partes del mundo, todos en un mismo sitio.

Estas últimas semanas estuve escribiendo de cuando llegué a Suecia, también algunas cosas de mi infancia, y decía que al escribir y recordar me da la sensación que tuve varias vidas, aunque salteándome el paso de la reencarnación. Y tenía cada vida muy ordenadamente guardada y etiqueteada.

En Facebook se me entreveraron todas! tengo un menjunje de vidas vividas, se entrelazaron, se enredaron y ya el pasado no está ni atrás ni abajo, está a mi alrededor, cosa que a veces me hace pensar si estaré caminando para atrás, despistada como soy no sería raro.

Agradezco a Lidia que me convenció de entrar a este mundo de Facebook, a este mundo como el de los sueños, pero donde hay que moverse con los ojos abiertos para que no se convierta en una pesadilla.

martes, 7 de julio de 2009

De ómnibus y reencuentro

Ayer tuve que salir en la mañana, tenía que tomar dos ómnibus, pero no coincidían los horarios, así que el segundo me lo saltié y caminé algunas cuadras. A la vuelta sí tomé dos ómnibus, el primero llegó algo atrasado, y en la parada estuvimos un buen rato porque las puertas no cerraban. El chofer tenía que cerrarlas a mano y a la fuerza, pero cuando iba a arrancar se abría alguna de las puertas otra vez!

Que diferencia con aquellos años cuando llegamos en que los tres locales y ómnibus andaba con mucha exactitud. Ahora vienen cuando quieren, antes o después del horario establecido, y ni que hablar de lo mal que andan, es evidente que ya no los mantienen como antes.

En enero a un tren local se le soltó un vagón, hace unos días terminaron la investigación, llegaron a la conclusión que eso pasó por falta de mantenimiento, los frenos no le funcionaban.

Me siento una vieja diciendo antes era todo mejor, yo sé que todo no era mejor antes, pero algunas cosas han empeorado, de eso no hay dudas.

Ayer en el ómnibus algunos pasajeros ayudaron al chofer y al final pudimos llegar a destino, por suerte en las paradas siguientes nadie quiso bajar ni subir, si no capaz que todavía estaba en ese ómnibus.

Cuando llegamos a destino, junto a la estación del tren local, tuve que ponerme contra una pared para que no me pasaran por arriba, fue una gran estampida de pasajeros. No sé si salieron corriendo así para tratar de alcanzar al tren o huyeron temiendo que al ómnibus hubiera que empujarlo para que arrancara de nuevo, yo por las dudas salí mirando para otro lado.

En la tarde salí otra vez. La biblioteca de mi barrio cerró por vacaciones, fui al barrio de al lado, mi viejo barrio. Me encontré con un viejo amigo, un uruguayo al que conocí cuando llegamos a Suecia. Hacía unos años que no lo veía.

Estuvimos hablando y hablando y hablando, como dos horas o más, es lindo reencontrarse con amigos. Parecería que el pasado anda rondando por aquí, en estos días lo encuentro a cada rato.

Hoy estoy dura y dolorida, no es bueno para mi espalda el charlar tanto. No porque las cuerdas vocales estén en conección directa con el nervio ciático, la nuca y los músculos del hombro derecho, sino porque no es bueno estar tanto rato parada en el mismo lugar. Pero fue lindo haber reencontrado a otro amigo y charlar con él, el dolor ya se irá, y un día sin manualidades no viene mal, hoy no habrá amigurumis ni otro tipo de tejido.

viernes, 3 de julio de 2009

Me pasó en Facebook

Ayer me pasó algo que quiero contarles. En Facebook recibí la invitación a ser amiga de una persona con un nombre que me sonó muy conocido, mi cabeza fue inmediatamente a mis años de estudiante.

Por supuesto que no podía ser, debía ser alguna amiga bloguera con ese nombre. Acepté su invitación y ayer la contestó, era realmente mi compañera de clase en Preparatorios!
Aquella compañera con quien estudiaba, con quien pasaba noches pasando apuntes en limpio, aquella amiga en cuya casa me quedaba a dormir para empezar a estudiar tempranito en la mañana.

Ví su mensaje cuando prendí la compu en la mañana, el café no había surtido efecto todavía y ahí estaba yo leyendo y releyendo su carta sin poder creerlo. No soy muy de llorar pero me caían lágrimas de alegría, y creo que de pena también.

No podía quedarme quieta, saltaba frente a la compu, quería salir al balcón a gritar y contarle a todo el mundo que carta acababa de recibir. No salí, era muy temprano y no creo que a nadie le alegrara mucho despertarse con mis gritos.

Me tuve que aguantar y conformarme con expresar mi alegría con lágrimas y saltitos. Y recordar aquellas interminables noches de estudio cuando pasábamos apuntes escribiendo a máquina. Usábamos solamente dos dedos, luego cuatro, lo que ya nos pareció muy avanzado. Y con qué rapidez además. Me sentía casi una profesional sentada junto a la máquina de escribir. Ella era mejor que yo para eso, pero bueno, la máquina era de ella, eso le daba ventaja!

Y recordé las noches que me quedaba a dormir en su casa. Y una vez que alguien, quizás un familiar de ella, llevó perdices (o eran palomas) y su mamá las cocinó. Fue la primera y única vez que comí perdices, o palomas o lo que fueran aquellos pequeños pájaros tan tiernitos y sabrosos.

Estas son cosas que he recordado antes, varias veces. Están entre los lindos recuerdos, esos que nos gustan revivir contándolos a los hijos, nietos, amigos o simplemente hacia adentro.

Pero una cosa es contar de cuando con una amiga pasábamos apuntes con una máquina de escribir, escribiendo a dos dedos, y otra cosa, muy distinta, muy especial, es poder decir: te acordás cuando pasábamos apuntes...?

Te acordás? pregunta que podemos hacer cuando tenemos un pasado en común, pregunta que nos recuerda que tenemos un pasado, pregunta que generalmente hacemos con una sonrisa en la voz, una sonrisa y una pizca de nostalgia.

Bueno, me fui para atrás, me puse nostalgiosa y estoy segura que si en este momento me miro al espejo no me reconozco, o pensaré que estoy viendo a mi mamá. Mejor ni paso al lado del espejo.

jueves, 2 de julio de 2009

Otra vez de compras

Ayer fui al supermercado esta vez no me pasó nadie por arriba, al contrario estuve un rato haciendo cola y muy entretenida. La señora que estaba delante mío fue la enfermera que trabajaba donde llevaba a mis hijos cuando eran chiquitos, donde les hacen controles y los pesan y miden. Tenía dudas de si era ella y le pregunté, me dijo que sí y que me veía cara conocida.

Estuvimos hablando de cuando trabaja ahí y como era en esa época, y casi llegando a la caja quedamos trancadas un buen rato. Adelante de ella había un mujer que quiso pagar con moneditas.

Iba a pagar más de sesenta coronas con moneditas, para peor no las agarró todas juntas sino que ponía dos o tres, le preguntaba a la cajera si alcanzaba, la cajera le decía que faltaban más de cincuenta, la mujer iba a su cartera, la había dejado al lado de las bolsas, bueno, a dos o tres pasos de donde estaba parada. Abría la cartera, sacaba unas moneditas, volvía con mucha calma al lugar donde se ponen, parece una alcancía al lado de la caja, vuelta a preguntar si alcanzaba, otra vez volver a la cartera, sacar unas moneditas, y así pueden imaginarse el rato que pasó.

Interesante: nadie dió la más mínima muestra de desconformidad o impaciencia, nada de suspiros o gestos ni nada que demostrara molestia, al contrario muchas sonrisas.
Cuando le tocó el turno de pagar a la que estaba adelante mío, también empezó a buscar unas moneditas en su cartera, pero no más de sesenta!

De todos modos se reía diciendo que ahora era su turno de buscar monedas así que tuviéramos paciencia, y me propuso que cantara una canción para hacer tiempo. A la cajera le pareció buena idea.

Evidentemente ninguna de ellas me escuchó cantar alguna vez. Por compasión a quienes esperaban su turno y ya habían tenido que esperar tanto, no canté, no fuera que después tuvieran que ir a hacer cola en la farmacia para comprar calmantes de dolor de cabeza.

Camino a casa me encontré con el hombre que les conté en otra ocasión, el que yo creía conocer de mis años de trabajo en Kodak a pesar de que él nunca trabajó ahí. Ahora siempre que nos vemos charlamos un ratito.

Me contó que lo operaron de urgencia hace un par de semanas. Estaba sentado en un banco descansando. Apareció otro que lo conoce y se quedó a charlar. Este otro hombre también me vió cara conocida, me preguntó de donde podía conocerme, no encontramos nada en común, seguramente me ha visto en el supermercado ya que parece ser el único lugar que los dos frecuentamos.

Luego volvía yo caminando con el recién operado cuando pasó un vecino, me dijo que subiera y viajara con él, el recién operado dijo que era lo mejor ya que sabe que yo soy de caminar muy rápido y él tenía que ir tomando muchas pausas.

Acto seguido cambié de compañía, volví caminando y charlando con mi vecino. Comentamos que parece que viene tormenta eléctrica, le dije que no me gustan, me dan miedo.

Creo que debo haber sido perra en alguna vida anterior porque apenas empiezan a sonar los truenos, me dan ganas de meterme abajo de la cama. Mi vecino me dijo que cuando empiecen las tormentas eléctricas me vaya para su casa.

En realidad fui al supermercado porque se habían acabado las pilas a la cámara, ya que estaba ahí compré un par de cosas más y pensaba pasar por la farmacia, pero con tanta charla me olvidé de ir a la farmacia, y demoré un par de horas en volver a casa.

Hace años se hablaba de hacer las compras en los supermercados a través de internet, cuanto me perdería si hicieran eso! Con lo entretenido que puede ser hacer cola en las cajas.

Otro día les cuento más sobre las caras conocidas, parece que yo tengo una.