Mi vecino tiene un jardincito con muchas flores y también plantó una parra, o parrita porque es muy chica todavía. Hace unos días ví que estaba creciendo un racimo de uvas verdes y se me prendió la lamparita (de baja energía, siempre pensando en el medio ambiente), colgaría un racimo de uvas de plástico (reciclable por supuesto).
Claro que primero tenía que ir a comprar las uvas de plástico, había visto al lado de la tienda donde compro las lanas, que tenían un cajón con frutas de plástico en oferta. Pensé ir ahí, y si no tenían uvas pues colgaría cualquier otra fruta.
La fiebre que sigue sin irse todavía, no me permitió ir a comprar ni las uvas ni ninguna otra fruta de plástico, pero ayer tuve que ir al supermercado y compré uvas, dos racimos de uvas negras.
Ya había ido preparada con algunos hilitos en la cartera y en el mismo supermercado ya preparé los racimos. Me apuré a llegar a la casa del vecino antes que se levantara y los colgué en la parra, o mejor dicho en el enrejado de madera en el que se enrieda la parra. Saqué una foto para que puedan ver un racimo y el hilito que usé:

Ahora no queda otra que esperar a ver cuando las ve. Lástima no haber podido poner una cámara que lo filme cuando vea las uvas!
Con el apuro por volver antes que se despertara me olvidé que también tenía que pasar por el automático a sacar plata para pagar el curso de yoga que empieza hoy, no sabía si iría o no y por las dudas quería tener la plata.
Me dí cuenta cuando llegué a casa, pensé que mi inconciente era más inteligente que yo, la planificó mejor, de esa manera tenía que salir otra vez, volver a pasar por la casa del vecino y ver si estaba afuera y si me comentaba algo. Pero cuando volví del automático el vecino seguía durmiendo.
Hace unos años un amigo andaba mal, por sus graves problemas al corazón rara vez salía, sus tres hijos crecieron y se mudaron. Él se pasaba contando a todos sus amigos que sentía que había perdido la zanahoria que lo hacía ir siempre hacia adelante, al no sentirse necesitado por los hijos ya nada tenía sentido, estaba muy deprimido. A mí me habló varias veces de la zanahoria perdida. Un día compré un imán de esos de poner en la puerta de la heladera, tenía forma de zanahoria. Cuando fui a visitarlo, aprovechando un momento que fue al baño, puse la zanahoria en la puerta de la heladera entre varias cosas que tenía colgadas ahí. Demoró dos semanas en encontrarla! cuando al fin la vió inmediatamente pensó en mí y me llamó a preguntarme cuando había puesto el imán ahí, le dije que hacía dos semanas, con lo que quedaba comprobado que su problema no era que hubiera la zanahoria sino que la tenía delante suyo pero no veía. Espero que mi vecino no se demore dos semanas en ver las uvas!!
Ese fue un período simbólico que tuve, ya que además del imán en la heladera pensé en regalarle un palito al que iba atado una zanahoria de plástico, para que tuviera a cambio de la que había pedido, pero cuando fui a comprarla no tenían zanahorias y compré una berenjena, la colgué al palito, se la dí y le dije que cuando no se tienen zanahorias hay que buscar otra cosa que las reemplace, en éste caso una berenjena. Después de todo no fue raro que cuando viera el imán inmediatamente pensara que fui yo que lo puse ahí.
THEMIS, THEMIS¡¡¡¡¡ A PESAR DE TU FIEBRE, NO DEJAS DE PENSAR Y DE HACER... QUÉ OCURRENTE, EN LOS DOS CASOS, PERO DEJAN VER EN VOS UN SER HUMANO, QUE SE PREOCUPA POR SUS SEMEJANTES, POR ESTOS PAGOS CADA VEZ MENOS SE VEN ESAS ACCIONES, ME PONE MUY FELIZ , TENER UNA AMIGA COMO VOS,DE UNA GRAN "ESTATURA HUMANA" ABRAZOS TERE
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