Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


lunes, 1 de junio de 2009

Sobre nombres

Habiendo dedicado al festejar el día de la madre, que llegó aquí recién ayer, no escribí nada nuevo, así que sigo pasando viejos posts del otro blog. Ahora traje dos que escribí hace unos meses sobre nombres:

El primero:
"Estoy compensando, cuando una parte de mi cuerpo no trabaja, otra se esfuerza más para compensar, y en estos momentos siendo tantas las partes que se declararon en huelga de brazos caídos me quedan pocas partes que puedan compensar, así que el recargo esta vez le tocó al cerebro. No solamente sigue planificando todo lo que haré cuando pueda hacer algo (creo que es su venganza) sino que le da por pensar en cosas que en otros momentos seguro que no pensaría.

Por ejemplo le dió por pensar esto de los nombres, a cuantas personas conocemos pero no sabemos sus nombres? Están esos compañeros de trabajos a los que se ve todos los días pero por no tener contacto directo con ellos no siempre sabemos como se llaman. O quienes viajan todos los días en el mismo ómnibus camino al trabajo. O algunos vecinos. Cuando se presenta una a los vecinos de la zona? Es un contacto que muchas veces va creciendo poco a poco. Primero un simple saludo con la cabeza o una sonrisita al pasar, luego un hola, más tarde un hola, lindo día hoy! o más comúnmente: hola, qué frío, no? Con el paso de los días o semanas o meses una frasesita más hasta que un día se detienen a intercambiar algunas palabras. Cuando se quiere acordar se ven seguido afuera, se paran a charlar, se van sabiendo más cosas uno del otro, pero, cuando el nombre?

Es que al principio es solamente un saludo al pasar, no da para presentarse, y luego cuando ya se para a charlar parece ridículo presentarse, si ya se sabe tanto de la otra persona, menos el nombre! y da un no sé qué preguntarlo.

Eso me pasó, en el barrio que vivía antes, con una vecina que tenía su balcón pegado al mío, aunque para entrar a nuestros apartamentos teníamos distintas puertas de entrada al edificio. Al principio solamente nos saludamos, con el paso de tiempo charlábamos de balcón a balcón o cuando nos encontrábamos afuera. En esos tiempos yo salía a correr o hacer jogging todos los días. Ella me dijo que quería empezar a correr y me preguntó si podía venir a correr conmigo, le dije que sí y el primer día que salimos, antes de empezar a correr me confesó que no sabía como me llamaba yo, y hacía diez años que éramos vecinas! Reconocí que yo tampoco sabía su nombre y así luego de diez años nos presentamos.

Al mudarme a este barrio decidí que no podía pasarme eso otra vez y al poco tiempo de saludar a algunas vecinas y viendo hacia donde íbamos, ya me presenté. Pero de todas maneras me encuentro con mucha gente con quienes me paro a hablar un ratito cuando los veo afuera y no sé su nombre, los tengo identificados por distintas cosas, el lugar donde viven, el perro al que sacan a pasear, alguna característica especial de su persona, etc.

En estos días que salí a caminar me pasó que me detuve un ratito a hablar con un vecino a quien siempre saludo y algo hablamos cada vez que nos vemos, cuando iba a seguir caminando él decidió presentarse, hace ya tiempo que habíamos pasado al nivel de pararnos a charlar. El martes me pasó con la vecina que me corta el pelo, siempre que la veo afuera charlamos ratos, ni que hablar todo lo que hablamos cuando voy a cortarme el pelo, por lo menos dos horas! Me ha contado casi toda su vida y sus angustias. Cuando me estaba cortando el pelo sonó el teléfono, era su hermana a quien también conozco, le dije que le diera mis saludos, entonces me miró y me dijo: pero no sé como te llamás. Yo sabía su nombre porque otra vecina, una de esas que no solamente saben el nombre sino toda la historia de cada persona, me lo había dicho. No deberíamos andar todos con un cartelito con nuestros nombres? sería mucho más sencillo!"

El segundo:

"Sigo con la problemática de los nombres. Mi cerebro en vez de dedicar tanto tiempo a pensar sobre los nombres debería dedicarse un poco más a recordarlos! pero hace lo que quiere, como siempre, así que sigo con ese tema. Por supuesto que aparte de los nombres que desconocemos de personas que conocemos o vemos seguido, también están los nombres que olvidamos y creo que es todavía peor de reconocer. Si a alguien con quien hace tiempo hablamos le decimos que no sabemos ni nunca supimos su nombre, no da motivo para ofenderse, pero decirle a alguien que nos olvidamos del nombre ya da para mucho, y nada lindo! sobre todo si se trata de una persona muy susceptible.

Me ha pasado algunas veces que me encuentro con alguien conocido pero de quien olvidé el nombre, charlamos y quedamos en llamarnos, para eso intercambiamos números de teléfono, es en ese momento que aprovecho y en vez de anotar yo el número, le doy a la persona mi libretita de teléfonos y si no la tengo conmigo un papel y una lapicera y digo que mejor me escriba él/ella su número, cuando lo va a hacer le recuerdo que escriba también su nombre, así después sé a quien corresponde ese número. De esa manera he ayudado a mi memoria más de una vez. Claro que ésto pronto no servirá ya que hoy más que libretita de teléfonos, se llevan los números programados en el celular.

Insisto que lo mejor sería que anduviéramos siempre con un cartelito con nuestros nombres! Si no sabemos el nombre debemos entonces describir a la persona. Como decía ayer acostumbramos identificarlos por distintas características de la persona, pero es una identificación personal que no es seguro que compartamos con otros. Otros pueden haber hecho su propia identificación.

Un ejemplo, hace muchos años trabajaba en un lugar muy grande, un día estando en el comedor una compañera de trabajo comentó algo sobre una persona, yo no sabía quien era, las otras me dieron más datos para que yo lo identificara. Finalmente yo me dí cuenta o creí darme cuenta quien era y para confirmarlo describí como era esa persona diciendo que era uno alto y rubio (aquí la verdad que no ayuda esa descripción), pero me dijeron que no, que tenía el pelo oscuro y era más bien bajito. Sin duda hablábamos de distintos hombres. En esa discusión estábamos cuando el susodicho entró al comedor y resultó que el rubio alto al que yo me refería era el bajito de pelo oscuro que las otras nombraron!

Con lo petisa que soy acostumbro a ver a todas las personas como altas, lo son al lado mío. Lo del pelo fue una simple cuestión de interpretación, lo que en Uruguay se consideraba rubio, acá no lo es, para serlo tiene que ser superrubio.
También otros detalles quedan librados a la interpretación de cada uno, por ejemplo: cuando una persona es gorda o delgada?

Si usáramos cartelitos con los nombres no perderíamos tiempo intentando describir a las personas sobre las que queremos chusmear, que al final cuando logramos ponernos de acuerdo en como describir a la persona ya nos olvidamos de lo que queríamos decir sobre ella, perdiéndonos así jugosos chismes."

2 comentarios:

  1. una hermana de mamá, fue siempre conocida por nossotros por su sobrenombre, "tía Porota", y cuando murió, todos los sobrinos, hicimos una "vaquita" para las flores, pero cuando llegó el momento de ponerle el nombre de la persona para quien eran las flores, no sabíamos el nombre!!! y no daba poner para la "tía Porota"!!!...menos mal que pudimos preguntarle a otra tía que si sabía su nombre, Beatríz.
    Themis, muy buena semana!! me voy temprano al PAMI, ando un poco mejor, pero prefiero por éstos días`poner toda mi energía en terminar todo lo de las tías y despuess mas tranqui volver a postear!!! millones de besos!! cuidate!!

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  2. Qué gracioso esto de los nombres y demás datos para identificar a la persona.
    Pienso que en el cartelito que deberíamos colgarnos al cuello tendíamos que poner datos como ser: Nombre y apellido- ya que puede haber otras personas con el mismo nombre o que hayamos cambiado de estado civil y por lo tanto usemos otro apellido.

    Edad- muy importante no mentir por si se trata de algún compañero de escuela.
    Estatura-la de verdad.
    Peso- aqui viene un gran problema ya que puede ser que antes fuéramos : la flaca fulana y ahora resulta que ganamos varios quilitos y no somos mas flacas
    Color de cabello- aclarar que se refiere al natural y no al que viene en frasco.
    Color de ojos- también el natural ya que mucha gente usa lentes de contacto...
    Y asi seguir añadiendo datos para que la persona que nos ve , recuerde de donde nos conoce o nos pueda reconocer la próxima vez que nos encontremos.

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