Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


martes, 2 de junio de 2009

Sobre flores

El domingo uno de mis hijos me regaló un canastito con flores, algunas azules que me pareció un color artificial. Ayer estuve limpiando el balcón pensando en las plantas que pondré. Mi mente floreció, sí, no dejó de pensar en flores, futuras y pasadas.

Las flores azules del canastito me hicieron recordar unos claveles que tuve. Pero voy más atrás. Cuando era chica a veces iba a quedarme a pasar unos días en casa de mi abuela. En la azotea tenía unas latas convertidas en macetas, ya practicaban el reciclado en aquellos tiempos.

En esas macetas había claveles. A mí me gustaba regarlos por varios motivos, uno: mi abuela vivía en un apartamento chico donde yo no tenía mucho que hacer, dos:que me confiaran esa tarea me hacía sentir más grande, tres: la azotea, como lugar prohibido para jugar que era, me atraía mucho.

Mi abuela viendo que tanto me gustaba regar los claveles me regaló unas plantitas. Muy orgullosas las llevé para casa y a pesar del jardín tan grande que teníamos, las puse en una terraza, para que se sintieran más en su medio.

Había escuchado como manipulaban las plantas, hacían injertos en los árboles, o experimentaban para cruzar flores. No quise ser menos ahora que era propietaria de claveles.

Mis experimentos consistieron en querer hacer injertos. Había visto como un jardinero había envuelto tierra en una rama de un árbol, cuando dió raíces la cortó y la plantó. Hice lo mismo con una ramita de un clavel que no dió raíces, ni pensé que alcanza con cortar una ramita y plantarla aparte.

Quise probar a ver si conseguía cambiarle el color a las flores, había visto claveles azules en florerías, nunca en las macetas de mi abuela. Empecé a regar una maceta mezclando un poco de tinta en el agua. Era la época anterior a las biromes y en la escuela usábamos lapiceras que se cargaban de tinta o plumas que se mojaban en un tintero. Esa planta nunca llegó a dar flores.

Se me ocurrió también cambiarle el perfume a las flores, para eso las regaba con agua a la que agregaba un poco del perfume que usaba mi mamá. Esa planta tampoco llegó a dar flores y mi mamá no mostró ninguna comprensión hacia mi espíritu científico.

Con el tiempo me hice más tolerante y hoy acepto que las plantas tengan el color y perfume que tengan, no intento más cambiarlo, y cuando quiero sacar nuevas plantitas, corto un gajo y lo pongo en agua para que dé raices.

1 comentario:

  1. Quien sabe si no hubieras sido una manipuladora de la naturaleza jajaja! Las cosas que hacemos de chicos que inocentes, besos tía Elsa.

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