Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


lunes, 7 de diciembre de 2009

En la oscuridad II

La oscuridad da para mucho, me refiero a que da para hablar mucho, no sean mal pensadas. Una cosa que me gusta de la oscuridad invernal es que con lamparitas y velas se puede crear un ambiente muy acogedor.

Recuerdo la primera vez que vinieron mis padres de visita, miraron la casa y luego me preguntaron si aquí también tenemos apagones seguido. Les dije que no, muy rara vez hay apagones. Me preguntaron y entonces por qué tenía tantas velas por toda la casa.

Pero una vez tuvimos uno cuando volvía para casa de la clase de aikido de mis hijos. Pasamos por un supermercado y entré a comprar algunas cosas. Ahí me encontré con una vecina que me preguntó si yo también había ido a comprar comida que no necesite cocinarse.

Le dije que volvíamos de la clase de aikido y me aconsejó comprar comida fría, me contó que varias manzanas, incluída la de nuestras casas, estaban sin electricidad. Cambié lo que tenía en el canasto y fui a casa pensando donde tenía fósforos o un encendedor.

Llegando a nuestra zona no se veía absolutamente nada! Por suerte en la puerta del edificio estaba una vecina repartiendo velas prendidas para que quienes llegáramos tuviéramos como entrar a la casa sin tropezar con todo y además encontrar como prender más velas.

Mis hijos se quedaron afuera junto con los demás niños del barrio y también algunos vecinos, todos fascinados por esa oscuridad total que normalmente sólo se puede ver en el campo.
Cuando un par de horas después volvió la luz, se escuchó un aaaaaah! de desilusión en todo el barrio.

1 comentario:

  1. hola Themis¡¡ será un gusto mayoritario? a mi me agrada muchísimo el amanecer , cuando estan medio claras las oscuridades de la noche que se va, o será el silencio de la casa y del entorno? ahí me rinde mucho cualquier tares que comienze, abrazos Tere

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