Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


domingo, 14 de febrero de 2010

Mi no viaje a la clase de yoga

Ayer me levanté más o menos, tal como pasé varios días, igual pensando en ir a la clase de yoga. Ya el sábado había pedido taxi (tengo boletos para andar en taxi, pago como si fuera transporte colectivo y en realidad como que lo es ya que puede pasar que comparta el taxi, o minibus porque a veces es como un ómnibus chiquito con lugar para algunas sillas de ruedas, con otras personas en la misma situación que yo).

Bueno, la clase empieza a las diez, el local es a unos cinco minutos en auto, yo pedí taxi a las nueve y media. Vino cinco minutos atrasados, sin problemas, igual llegaría en hora. Apenas me senté empecé a sospechar que quizás no pero quería pensar que sí, que había tiempo de sobra.

Arrancamos, anduvimos un par de metros, paramos porque un aparatito que había en el vidrio frente al chofer se cayó, ahí estuvo el chofer tratando de pegarlo nuevamente al vidrio, al fin lo consiguió.

Cuando arrancamos de nuevo me dijo que tenía que ir a buscar a otra persona antes de ir a dejarme a mí. Pregunté a donde teníamos que ir. Dijo que era aquí en la zona. No hay problemas pensé, llego a tiempo.

Y anduvimos y anduvimos para el lado contrario del local, y llegamos al barrio de al lado. Nos metimos por una zona de edificios, no es tan lejos pensé, llego a tiempo. Salimos de esa zona de edificios sin haber parado a recoger a nadie.

Seguimos por la calle principial algunas cuadras más. Nos metimos en otra zona de edificios, dimos una vuelta grande y volvimos a la calle principial sin haber recogido a nadie. Empecé a preguntarme si el chofer sabía qué estaba haciendo.

Me habrá leído el pensamiento porque me dijo que el GPS (ese guía electrónico que va mostrando el camino, que es el aparatito que se cayó al comenzar el viaje) le había mostrado mal el camino (GPS despistado me tocó, o será que se golpeó la cabeza al caer y quedó mareado). El chofer paró para buscar un plano de calles, método antiguo pero más seguro.

Le pregunté a qué calle teníamos que ir, yo conozco ese barrio y supe donde quedaba esa calle, para ahí fuimos luego de dar una vuelta grande porque estábamos lejos. La cosa fue encontrar el número y por donde estábamos los números iban ascendiendo y teníamos que ir al número 10.

Como aquí no parecen tener ninguna lógica en la numeración de las casas, nos costó encontrar el número diez. El chofer paró en el número 14, donde hay una peluquería y me dijo que era raro porque teníamos que ir al número diez, a esa peluquería, algo no coincidía, supuso que sería la entrada que estaba del otro lado del edificio.

Fuimos para el otro lado, que por supuesto seguía siendo el número 14 y la persona que teníamos que recoger no estaba. La llamó a su celular. La mujer se puso furiosa de que estuviéramos en el número 14 cuando ella vive en el 10.

Estando el chofer en esa discusión apareció otro auto, por ese camino pasa solamente un auto, el chofer del otro auto hacía señas que retrocediéramos, el chofer, concentrado en la discusión por celular no lo vió o no le hizo caso y seguía avanzando.

Tuve que decirle que le hacían señas y empezó a retroceder mientras seguía discutiendo con la mujer. De pronto puso el celular en mi mano y dijo que hablara yo, que él no le entendía nada! Y así quedé yo hablando con la mujer furiosa, realmente era difícil entender lo que decía. Intenté hacerle preguntas que tuviera que contestar con poquitas palabras, pero la mujer estaba tan enojada que no paraba de rezongar.

Finalmente entendí lo que decía y le dije al chofer para donde tenía que ir, así llegamos al número diez, donde no era la peluquería ni sé para qué la habían nombrado, pero llegamos a la puerta que tenía escalera, tuvimos que dar vuelta e ir al otro lado del edificio donde estaba la mujer esperándonos sin una sonrisa.

Ella estaba en una silla de ruedas, lo que implicó que el chofer tuviera que bajar la rampa electrónica que baja lentamente, abrir las puertas, subir la silla a la rampa, hacer subir la rampa, entrar la silla al taxi (o minibus), atar o poner varias trancas a la silla, como no tenía lugar, salió por la puerta de atrás, entró por la del costado para seguir poniendo trancas. Recién después se sentó para seguir manejando.

A esa altura eran ya pasadas las diez y yo no me sentía nada bien. Le dije al chofer que me llevara para casa de nuevo. La mujer encontró ahí otro motivo para darle rienda suelta a su desconformidad. Decía que perderíamos tiempo. Ella iba a ir a un centro comercial de compras y había pedido taxi de vuelta a las once, si no la llevaban a ella primero no tendría tiempo de hacer sus compras.

Le expliqué que mi casa quedaba de camino, que no era necesario dar vueltas extras, pero no la conformé. En eso le llega mensaje al chofer, era él que tendría que ir a buscar la mujer a la vuelta de sus compras. Se lo dijo a la mujer pero ella insistía que no le daría el tiempo. El chofer le propuso que cambiara de hora.

La mujer furiosa llamó a la central a pedir cambio y de paso les contó en detalles su versión de cuanto había tenido que esperar, en realidad fueron cuatro minutos ya que ella había pedido taxi para más tarde que yo, y como el chofer no había encontrado su casa. El chofer me miraba con cara de víctima.

Y a las diez y veinte volví a casa. Si no me hubiera sentido mal igual no habría podido ir a la clase, habría llegado casi media hora tarde y no iba a entrar con la clase ya comenzada. Después de todo fue mejor porque yo no me sentí nada bien, al rato de estar en casa andaba con el estómago revuelto y varios malestares, no habría podido estar en la clase hora y media, estuvo mejor que pude pasar tirada en el sofá.

A veces las cosas parecen malas en el momento pero después se entiende que mejor que pasaron así, como hace poco cuando fui a comprar lanas para seguir la manta de mi nieta y se habían acabado dos colores, después resultó que no quedaban bien esos colores en el cuarto de mi nieta.

Bueno, hoy pasaré descansando. Que tengan un lindo domingo y lindo día de los enamorados quienes estén enamoradas! (creo que también cuenta cuando se está sola pero enamorada de la vida).

2 comentarios:

  1. AMIGA¡¡¡¡ 1º)Deseo que te encuentres muy bien, cuidate¡¡2º)me doy cuenta que sos muy inteligente en razonar como lo hiciste las cosas cuando pasan tienen un por qué...3º9 el chofer puede haber sido novato en su función4º)esta bueno que esos transportes tengan una secretaria como vos y 5º)veo que en todas partes se cuecen habas abrazos Tere

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  2. por lo visto no me sale enviar mensajes, esta es la segunda vez que lo intento, a ver si entra.
    muchas gracias por tus comentarios, por tu apoyo, por dedicarme un momento de tu tiempo.
    espero que tú ya estés bien.

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