Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


viernes, 12 de junio de 2009

El orden y yo

El orden y yo no nos llevamos bien, nunca lo hicimos. Quisiera poder echarle la culpa a la genética pero dudo que sea algo que traiga en mis genes. Cuando niña me encantaba ir a mirar el ropero de mis padres cuando mamá salía, aparte del atractivo que tenía como todo lo prohibido o por lo menos que a mamá no creo que le gustara que yo anduviera revisando entre sus cosas, tenía un orden que me llamaba la atención. Todo dobladito y ordenadito, impecable, yo no entendía como podía tenerse la ropa así.

Un tiempo vivió en casa una tía por parte de padre, también ella tenía un orden asombroso en sus cosas, la ropa muy bien doblada y hasta cada prenda en una bolsa de nylon (en esa época no se hablaba del medio ambiente, creo que no existía todavía).

O sea que por parte de madre y por parte de padre tengo genes ordenados. Si no fuera porque en algunas otras cosas me parezco mucho a mi mamá, daría para pensar que hicieron cambiazo en la maternidad.

Cuando chica en mi cuarto tenía dos placares, aunque solamente en uno estaban mis cosas. Me gustaría tenerlo ahora, era tan lindo y grandote, profundo, tenía estantes, cajones y donde colgar la ropa, también servía para jugar a las casitas ahí adentro por lo profundo que era.

Pero carecía totalmente de orden. A veces mamá lo vaciaba, ponía toda la ropa sobre mi cama y me decía que tenía que guardar todo bien ordenadito. Yo lo hacía. Pasaba ratos doblando y ordenando mi ropa, quedaba casi tan bien como en el ropero de mi mama, y más valía porque si no quedaba a gusto de mi mamá, ella lo vaciaba de nuevo.

El problema era que no duraba mucho, casi nada, como un suspiro. La próxima vez que yo lo abría, el desorden que sin dudas se había quedado por ahí escondidito, aprovechaba para invadir nuevamente el ropero.

Creo que el orden me tiene bronca. Como suele suceder, no sé por qué ni cuando surgió este desacuerdo pero se mantiene presente hasta el día de hoy. No es que nos agarremos a las piñas ni nos insultemos, no, ni siquiera tenemos grandes discusiones ya.

Hace mucho que firmamos un pacto de no agresión. Digamos que yo no lo molesto y él me deja tranquila. En ese respeto mutuo es que convivimos. Aunque puede pasar que nos pasemos de la raya, como ahora en que el cuartito del relajo (así llamo al closet) hacía honor a su nombre y estaba que ya ni se podía entrar ahí.

Reconocí mi incumpliento del acuerdo, pedí disculpas y tomé medidas inmediatas. Ayer dediqué la mañana a ordenar un poco el cuartito del relajo, o det kaotiska rummet como le digo en sueco (el cuarto caótico). El orden aceptó mis disculpas pero a esta altura lo conozco, sé muy bien como es y no dudo que vaya a buscar la manera de vengarse. Apuesto a que la próxima cosa que necesite, me la escondió, le falta fantasía y siempre me hace lo mismo.

5 comentarios:

  1. mi madre tenia una maxima "yo vivo EN la casa no PAARA la casa", la cosa es que yo cada vez vivo mas EEEEEEEEN y menos para, con lo cual al final la casa se convierte en una leonera.
    que nadie me ordene que sino no encuentro nada

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  2. Mmmmm...ordenada...bué! yo ERA, ordenada, pero con el paso del tiempo, los años hacen estragos! ni bola al órden...menos los placares...cuando recién nos casamos, tooooodo era súper ordenado, cada cosa en su lugar y sumamente extricta, luego vinieron las peques...y ya el órden al diablo! me fuí acostumbrando al desórden, a guardar en un santiamén toooodo lo que andaba suelto adentro del placard, y cerrar! hoy abro los placares, miro el desórden, y cierro, tengo tooodo mezcladito...lo que diríamos "un mix de texturas"!! verano-invierno-media-estación- Ja! ja! bueno es muy práctico en los tiempos que corren y con el clima loco que vivimos en el planeta!! todito al alcance de la mano! Muuuack!

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  3. será porque hacemos muuuuchas manualidades? y... no tenemos el tiempo necesario para don ORDEN? bue....en algún momento nos va a caer esa ficha¡¡¡(espero que sea pronto), ahora que tenemos fin de semana largo por el feriado del 20 de junio DIA DE LA BANDERA en nuestro convulsionado y desordenado país, abrazos tere

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  4. Mi abuela tenia sabanas viejas (con bieses y bordados, no cualquier sabana) forrando los cajones, total que cuando querias unas medias debias abrir el cajon desatar un moño perfecto levanta esa parte de sabana y encontrar por supuesto lo que buscabas.....yo vivo con ese recuerdo, quiero ser ordenada....pero se me escapaaaaa, un beso y feliz fin de semana!

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  5. jajaja! yo soy igual muy desordenada, pero en mi desorden sé dónde puede estar lo que busco, no sé si estando ordenado lo podría encontrar, te mando un besote tia Elsa.

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