Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
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jueves, 4 de junio de 2009

Sobre comidas

Hablando de los primeros tiempos aquí, no puede faltar el capítulo comidas. Aaaah, las comidas! Recuerdo cuando estábamos en ese primer lugar que les conté y comíamos en el comedor-restaurant.

Los días de semana nos servían la comida en lo que podría llamar el comedor diario, también ahí servían a los clientes que venían a almorzar, seguramente gente que trabajaba cerca e iba a comer en la pausa del almuerzo.

No sé si la otra gente pedía comidas por un menú, o solamente tenían el plato del día. A nosotros nunca nos preguntaron, y lo bien qué hicieron porque no les habríamos entendido nada.

Las comidas nos parecían muy raras, algunas más comibles que otras pero raras. Lo que nos parecía más extraño es que a veces para el almuerzo, aparte del pan y la manteca también ponían mermelada en la mesa.

Muy raro, pero muy rica. Esos días después de comer siempre me hacía un delicioso pan con manteca y mermelada, era mi postre. Cuando tuvimos apartamento iba al supermercado a buscar esa mermelada.

Como no sabía como se llamaba, compraba mermeladas rojas, una distinta cada vez, y nunca encontré una tan rica, con ese gustito dulce con algo medio ácido. Mucho después, ya trabajando en Kodak, se cruzó en mi camino, o en mi mesa, esa mermelada.

Un día fui al comedor con unas compañeras de trabajo y me sirvieron esa mermelada, en el mismo plato que la comida! Sí, era dulce de arándalos para acompañar la comida y no para comer con pan y manteca.

Entre las comidas que siempre se acompañan con ese dulce están las köttbullar (albóndigas suecas). También se hace la masa de los panqueques, se pone en una asadera junto con una especie de tocino en cuadraditos que se fríen antes de agregarlos a la masa y al horno. Luego se sirve con ese dulce.

También hay una especie de morcilla que se corta en rodajas, se fríe y se acompaña con el dulce de arándalos. Suena raro pero como es un dulce un poquito ácido queda muy rico.

Volviendo al comedor del primer lugar. Los domingos, muy generosamente nos dejaban comer en el comedor fino, ese con manteles blancos. Ahí no servían la comida sino que era las famosas smörgåsbord suecas. En una mesa ponen una cantidad de comidas y cada uno se va sirviendo un poco de cada cosa.

Cuando nos hacían pasar a ese comedor lo hacían siempre muy sonrientes, demostrándonos que era algo muy bueno, un beneficio, algo que debía alegrarnos. Nosotros sonreíamos pero por lo menos yo no me alegraba ni un poquito.

Por más vueltas que daba alrededor de esa mesa llena de comida, lo único que encontraba comible eran papas hervidas. Los otros que estaban con nosotros podían encontrar algunas cosas más, pero yo no. Los domingos me llenaba de papas y pan y justo ese día no nos servían el dulce.

Trabajando en Kodak fuo agarrándole el gusto a las comidas suecas, también fui aprendiendo a cocinarlas. Algunas recetas me las pasaban las compañeras de trabajos cuando yo decía que esa comida me había gustado.

Otras me las pasaba la señora que cuidaba a mis hijos, la dagmamma (mamá del día como les llaman). Ella me pasaba las recetas de las comidas que a mis hijos le gustaban, claro que a mí no me quedaban igual que a ella.

Había detalles que se me pasaban. Por ejemplo algunas comidas se hacen o se acompañan con esa especie de tocino, pero cuando me lo describieron ya que no entendía qué era eso, me pareció que estaban hablando de bacon.

Resultado: usaba bacon donde había que poner tocino y no es lo mismo. Por ejemplo el panqueque al horno con tocino yo lo hacía con bacon. En ese tiempo tampoco había encontrado el dulce de arándalos y ponía cualquier otro dulce rojo, de frutilla o de frambuesa, después cuando lo encontré mis hijos ya se habían acostumbrado a los otros dulces y seguí con esos.

Un día una vecina y su marido tuvieron que salir y sus hijos quedaron en casa. Cuando vinieron a buscarlos yo estaba por servir el panqueque, los invité a quedarse a comer.

Se sentaron comentando que esa comida les gustaba mucho. Primero les llamó la atención que hubiera usado bacon, a mí me llamó la atención que no todos lo hicieran con bacon, no entendía que otra cosa era que le ponían.

Cuando vieron que el dulce era de frutillas hasta sus hijos reaccionaron, y es lógico, una cosa es poner un dulce ácido y otra poner un dulce-dulce. Hasta hoy mis hijos a veces prefieren el dulce de frutillas al de arándalos, lo que por supuesto le ha llamado la atención a mis nueras.

Lo mismo pasa con el bacon en vez de tocino, nos acostumbramos y nos pareció más rico.

Volviendo a las comidas que nos servían en el comedor, un día vimos que estaban sirviendo espaguettis con salsa de tomate y carne picada o tuco. Que gran alegría, fue como encontrarnos de sorpresa con un amigo que hace muchísimo no veíamos.

Apenas nos sirvieron nos tiramos arriba a la comida. Que desilusión! Al ver esa comida, vieja conocida, ya nos pareció sentir su sabor, que no tenía nada que ver con el que enseguida sentimos en nuestras bocas. El tuco era dulzón!!!

Tapamos los platos de sal y pimienta para intentar darle un sabor parecido al que estábamos acostumbrados. Pienso en ese día y me parece extraño. Luego he comido muchas veces ese tuco y ya no le encuentro un gusto dulzón ni tan diferente.

Ya les seguiré hablando de las comidas suecas, que hoy me parecen muy ricas. Es cuestión de costumbre.

4 comentarios:

  1. huevos fritos con patatas fritas a toooooooodas horas. creo que ese seria mi menu
    :)

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  2. Themis.. qué bárbaro lo que contás..
    Es verdad que el tema de la comida es todo "un tema" cuando uno sale de su país y sus costumbres.
    Te digo que yo, con mi gorda interior, no tengo problemas en comer dulce con salado, o salado a las 7 de la mañana o acompañar un almuerzo con dulce, como contaste vos, yo como todo y a toda hora!!! jajj
    Es verdad que tenés que adaptarte a nuevos sabores y formas de preparación de comidas.
    Si vamos al caso, una papa hervida en Argentina no tiene el mismo gusto que en España (debe ser por la tierra, el agua, etc.).
    Mi esposo sí sufre mucho cuando viajamos o él tiene que viajar al exterior por trabajo.
    En su último viaje a Colombia, pidió de cenar unos tamales (es una comida típica con choclo)y sabés qué le trajeron para acompañar la cena?? Una chocolatada caliente... jajjj, él se quería morir!!! Yo me la hubiera tomado sin problemas, por eso te digo..
    Un beso Themis♥

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  3. Seguro que es cuestión de costumbres, pero es díficil al principio acostumbrarse a los nuevos sabores Por ejemplo a mi el picante no me gusta, si viviera en centroamérica me volveria loca porque además me hace mal. Tengo una amiga que fue a vivir a Perú y adelgazo 10 kilos en un mes porque no podía comer, nada le gustaba. Menos mal que tu caso fue distinto y hasta sin saber,le pusiste tu toque personal. Me encantan tus historias! Besos tía Elsa

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  4. De veras que cuesta acostumbrarse a las comidas de los distintos paises.
    Después de casi 25 años viviendo en USA, todavía me cuesta aceptar que se coman panqueques con syrup junto con huevo revuelto o frito con bacon en el mismo plato......
    Y conste que no tengo problemas en comer dulce con salado, al contrario , me gusta, pero bacon al desayuno y en el mismo plato en que se sirven el panqueque bañado en manteca y jalea o sirope....... puaj!!!!!!
    Sin embargo se come mucho la salsa de cranberries, muy parecida al dulce- agrio que comentás.... y a eso si me acostumbré sin problemas. Aqui se come mucho con cerdo y con pavo, acompañando al puré dulce de boniato ...que yo comería como postre mas bien...
    En definitiva... nada que ver con el desayuno de cafe o té con leche y bizcochos de Uruguay, no? qué rico!!!!

    Pero comida es comida y uno se acostumbra a todo o casi todo.

    Cariños,
    Matilde

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