Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


domingo, 3 de mayo de 2009

Sigo con los relojes

Hace unos días conté de mi primer reloj y luego de los relojes en mi casa, ahora rescato otro viejo post donde hablo de mis relojes pulsera:

Relojes pulseras aparte de aquel primero, tengo dos más que significaron y significan mucho para mí. Uno es el que recibí como primer regalo para el día de la madre, claro que no lo compró mi hijo que en esos momentos tenía unos diez meses, sino mi ex.

Pero me lo dió mi hijo después de tirar el paquete varias veces al piso a pesar de que el papá le decía que me lo diera y con cuidado. Era un Seiko precioso, también a cuerda pero yo tenía tanto miedo de darle cuerda de más y estropearlo que dos por tres se paraba porque le había dado cuerda de menos. Todavía lo tengo pero dejé de usarlo hace tiempo porque se abre el cierre, y como tuve que achicarlo le sacaron la cadenita de seguridad que traía y me da miedo perderlo.

Otro más nuevito que tengo me lo regaló ese mismo hijo 25 años después, fue cuando cumplí los cincuenta. Me preguntaron qué quería de regalo y como tenía un reloj grande con correa de cuero ancha y quería tener uno más femenino, pedí un reloj más de vestir, más tipo pulsera. Y me regalaron uno muy lindo, y que realmente es de vestir, es tan chiquito y con el fondo oscuro que no puedo ver la hora, pero qué importa, me encantó porque tiene mucha pinta, me lo pongo para salir.

Es que no uso reloj en la muñeca más que cuando tengo un horario que cumplir, puedo pasar días sin usarlo, aunque aquí es necesario mirar un reloj para darse cuenta la hora que es, a no olvidar que durante medio año es casi todo el día, noche, y durante el verano casi ni hay noche, imposible guiarse por la luz del sol.

Adentro de mi casa nunca tengo el reloj puesto. Es rarísimo, mientras estoy afuera no lo siento para nada, pero es entrar en casa y empieza inmediatamente a pesarme y molestarme, por tanto apenas entro me lo tengo que sacar. También cuando trabajaba era así, todo el día con el reloj puesto y sin notarlo hasta llegar a casa, los fines de semana y en vacaciones lo dejaba olvidado en algún cajón.

Cuanto se puede cambiar!!! No sé donde quedó aquella niña que tanto practicaba el gesto de mirar el reloj, quizás sea la que no me deja tirar los relojes rotos.

2 comentarios:

  1. digo yo... no sera que miraste la muñeca como para siete vidas? y ya tienes el cupo mas que cubierto?¿
    besos

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