Este blog es un derivado de mi primer blog, Mis manualidades, donde pongo fotos de mis manualidades (qué original), recetas y relatos sobre mi vida. Quizás, tal como las personas que comienzan con las operaciones plásticas y luego que empiezan a hacerle arreglitos a la naturaleza, no pueden parar de hacerse mejoras y terminan como caricaturas a sí mismas, me haya vuelto adicta a los blogs y ahora no pueda dejar de abrir uno tras otro ya que en realidad es el cuarto que abro.
Este blog será dedicado solamente a relatar sobre mi vida que es como la de todos, o casi. Mucho de lo que escriba aquí ya lo publique en mi otro blog y ahora lo trasladé.

Tengo el pelo gris pero puse una foto donde estoy con el pelo verde, lo hice así por dos cosas, una porque creo que así quedo cuando tengo que enfrentarme a los aparatejos modernos (léase: todo lo que se ha inventado luego de la rueda), me sacan canas verdes; y otra porque me gusta como queda y si pudiera me lo teñiría así.
Abajo del todo hay una ventanita donde pueden dejarme saludos, también pueden dejarme comentarios o saludos debajo de cada post (cliqueando donde dice Comentarios).

En el costado, más abajo de mi foto, está el archivo ordenado por temas, cliqueando ahí pueden ver los posts que publiqué antes, o pueden cliquear abajo del todo (antes de la ventanita de los mensajes) donde dice Entradas antiguas.


domingo, 17 de mayo de 2009

La música y yo

Siendo épocas musicales, ayer fue el festival de la canción, pues paso hoy el post que escribí hace tiempo en mi otro blog sobre mi relación con la música:

Como he dicho en otra oportunidad soy sorda musicalmente, creo que nací con un atado de zanahorias en cada oreja. Hecho que no quita que siempre me gustó la música.

Cuando chica me encantaba mirar películas musicales, argentinas y mexicanas, que daban en Cine del hogar. Aprendía las canciones y me pasaba cantándolas, hasta que en casa me lo prohibieron, ¡era un desastre cantando! Entonces me iba al fondo y ahí, junto al eucaliptus, cantaba, hasta que también me lo prohibieron.

En la escuela cuando el profesor de canto nos probaba las voces para ver en qué grupo quedaríamos, no necesitaba que yo cantara más de dos palabras y ya me metía en el grupo que casi no cantaba nada. Me pasaba las fiestas escuchando a los otros dos grupos y cada tanto me tocaba cantar una estrofa o algo así.

Cuando mis hijos eran chicos les cantaba mucho. En la nochecita cuando era su hora de acostarse les leía un cuento y después les cantaba algunas canciones de cuna. Hasta que aprendieron a hablar y una nochecita me dijeron que si seguía cantando se les iban a romper las camas. Tan chicos que ni habían oído que lo que se rompe son los vidrios, pero ya se daban cuenta que algo rompería!

Desistí de cantar pero no desistí de la música. Hace unos años me anoté en un curso de guitarra. Llegué a aprender a tocar re mayor y re menor, aunque no sé cual es cual. Después el profesor dijo que no podía seguir dando clases. Quiero creer que yo no tuve nada que ver en que tomara esa decisión.

El año pasado trabajando como guía de refugiados en la cruz roja, iba a visitar a una familia. Lo que ellos querían eran tener con quien hablar y practicar el sueco, y alguien que los ayudara con todo ese papelerío que hay que llenar cuando se recibe la residencia. El hombre es palestino, la mujer rusa. Él trabajaba así que tenía donde practicar el idioma, ella no.

Charlando me contó que le encantaba la música, que aprendió el piano de chiquitita y que en Rusia daba clases. Cuando consiguieran otro apartamento se compraría un piano y querría dar clases. Les dieron otro apartamento y consiguió un piano.

Su problema estaba en que no sabía si el sueco que sabía era suficiente como para dar clases o no. Me propuso que me consiguiera un piano, por internet hasta los regalan, y ella me daría clases. Si yo la entendía entonces sabría que podría tomar otros alumnos. Y yo la ayudaría con el vocabulario, cuando no sabía alguna palabra yo se la enseñaba.

Yo que siempre tuve tanta envidia de quienes saben tocar un instrumento musical y sobre todo el piano, acepté inmediatamente!!! Me ayudó a conseguir un piano. Comenzaron las clases y yo recordaba como en Uruguay los alumnos de piano tocaban Para Elisa. Pero mi profesora insistía en hacerme tocar escalas o cuando mucho temas como: Tío diego, tío Diego, despertad, despertad, suenan las campanas...

Me dijo que todavía, después de dos o tres clases, no era hora de tocar Para Elisa. Conseguí las notas e intenté tocar, como corresponde a una alumna de piano, ese tema. Ni cerca quedé, ni siquiera me salía un Para Eloísa. Cuando mucho llegaba a Para Elena, Para Eustaquia, o Para Eulogia.

La profe me trajo unos libros con los que ella había aprendido a tocar el piano. Tocó un par de temitas, bien cortitos pero que sonaban más a música clásica, más como para mí que los temas infantiles que venía intentando tocar. El encanto se rompió cuando a mi profe le dió por traducir la letra de uno de esos temas: "la ardillita sube y baja por los árboles, ardillita agarrate, no te vayas a caer".

Y ahora sigo intentando aprender a tocar el piano. A la profe algunos términos suecos le parecen demasiado difíciles o largos y prefiere decírmelos en ruso. Me pregunto que aprenderé primero, si a tocar el piano o a hablar ruso.

1 comentario:

  1. qué tal, amiga¡¡¡¡¡¡¡¡¡la verdad que tienes capacidad,para las dos cosas, aprender a tocar el piano y aprender el otro idioma, y, no te olvides de la publicación del libro¡¡¡¡¡¡un fuerte abrazo Tere

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